La Piara: Puente de Mayo 2023 I - Relatos Eróticos

La Piara: Puente de Mayo 2023 I

... abierto y otro cerrado, para los mayores eran otras de las atracciones del lugar. En la parte superior de la montaña que alojaba las entradas de los toboganes, un vigilante controlaba que estuviera libre antes de dar la señal de OK al siguiente usuario para que lo usara. El grupo de dos piscinas (la recreativa con los toboganes y juegos de agua para los niños y la estándar, para los adultos) se completaba con dos zonas de tumbonas, una en el césped y otra sobre terrazo, justo al lado de recepción.

- Elegir un grupo de tumbonas para que podamos dejar las cosas y tomar el sol en el césped. Cuanto más lejos de la piscina, mas tendréis que pasear para llegar y mas os miraran, cerdas – ordeno Marcos cuando llegamos a su altura. La piara se había quedado parada a la entrada, a la espera de instrucciones.

Las hembras buscaron en la quinta fila y localizaron seis tumbonas vacías. En ellas nos acomodamos Marcos y yo, nerea, vaca, nodriza y guante, dejando las cosas del resto en una que quedaba libre en la cuarta fila y en cuanto soltaron las cosas, las niñas salieron corriendo en dirección a la piscina de juegos.

- Dulce, vigílalas – ordene a la esclava con menor rango de la piara – cuando te lo ordene, regresa para que te echen crema. No quiero que te quemes.

- Si, Amo – respondió el retrete móvil y se fue con las niñas que tanto quería.

Mientras, las esclavas de servicio empezaron a ponernos crema a mi colega y a mí. La ponían en sus manos y las extendían con un suave masaje, fruto de la práctica. Primero las espaldas y luego los torsos y las piernas. Por supuesto, sus masajes nos pusieron cachondos y cuando terminaron para pasar a las hembras de mayor rango, nuestras pollas estaban durísimas bajo los bañadores.

- ¿Desea algo mas, Amo? – pregunto solicita nodriza mirándome la polla descaradamente. La excitación del exhibicionismo y el movimiento del plug anal había hecho que mojara con leche materna el minúsculo retazo de tela que cubría su pezón

- No, cerda – dije con voz alta, para que los que teníamos en las tumbonas de al lado lo escucharan – puedes atender a tus superiores. Ponles una buena cantidad de crema. No quiero que se quemen y no las podamos usar sin que se quejen.

- Si, Amo – Dijo la esclava y se dirigió a nerea para empezar con su masaje.

Mi mujer ya la esperaba tumbada boca abajo, con sus grandes tetas apretadas contra la tumbona y las piernas tan separadas como podía sobre la misma. La esclava inferior siguió el protocolo y extendió el protector solar por la espalda, culo y piernas de mi mujer, haciendo especial hincapié en la parte superior de los muslos, tocando su coño y moviendo conscientemente el plug anal con el dorso de la mano, lo que provoco un orgasmo en la hembra.

- Joder, nodriza – le dijo mi mujer, girando la cabeza para hablar en su dirección – lo haces de puta madre. Recuérdame que te coma el coño un día de estos – Dijo mientras deslizaba una mano por la parte interna de su pierna hasta ...