La Piara: Puente de Mayo 2023 I - Relatos Eróticos

La Piara: Puente de Mayo 2023 I

... podéis ir a cuidar de las niñas y relevar a las otras cerdas. A fin de cuentas, ellas son vuestra responsabilidad. Si no las queréis, no haberse abierto de patas – Y se tumbo en la hamaca, con los talones sobre los bordes de la misma, lo que dejaba la parte baja de su coño totalmente al descubierto.

La verdad es que si no estuviera acostumbrado a ver todo ese puñado de cerdas en casa, con mucha menos ropa, yo también tendría la polla totalmente dura. Levante la cabeza para ver que hacia mi piara y vi, inmediatamente a guante y nodriza en el agua, junto a sus hijas, jugando en cuclillas, como si fuera algo absolutamente normal que sus plug anales se vieran, refulgiendo bajo el sol, sin ningún esfuerzo. El agua, relativamente fresca todavía, había puesto los pezones de todas las hembras tremendamente duros y cuando eso les pasaba, sus glándulas mamarias empezaban a producir leche, con el consiguiente resultado que de tanto en tanto se tenían que pasar un poco de agua para que dé goteo de alimento no provocara un hilo blanco en sus generosas ubres y puesto que la más pequeña se amorró a ellas, decidieron que era el momento de darles el pecho a las tres, lo que hicieron en una de las tumbonas situadas entre nuestra posición y el borde de la piscina, tras alguna fila de hamacas. La más pequeña no causo mucho revuelo, puesto que todavía era relativamente joven, pero las otras dos, cuando se amorraron cada una a las ubres de guante levanto alguna que otra ceja a parte de muchas pollas.

Fresa, junto con el resto de sus compañeras de clase y mi hija, habían encontrado el gusto a tirarse por los toboganes y cada vez que lo hacían, en lugar de sentarse directamente en la parte alta del mismo, para impulsarse con las manos, sacaban el culo para luego saltar, con lo que aparte de clavarse totalmente el plug en el culo, se lo enseñaban a todos los que había en la cola y no cabe decir que los chavales que había en la zona presentaban, sin excepción, bultos más o menos prominentes en sus bañadores. Y al cabo de un rato, paso lo que era inevitable.

- Amo – me dijo cerda, acercándose hasta las tumbonas donde tomábamos el sol los adultos – hay un grupo de chicos muy simpáticos que nos están haciendo proposiciones sexuales ¿Podemos… jugar?

- ¿A qué te refieres con “jugar”, cerda? – le pregunte sin girarme, puesto que estaba boca abajo y medio dormido.

- Nos están proponiendo de ir a sus tiendas o módulos para follarnos, Amo – respondió dulce, que se había puesto a mi otro lado. No las veía, pero por la proximidad de sus voces a mi oído intuía que ambas estaban inclinadas hacia adelante, mostrando sus nalgas y sus brillantes plug a quien quisiera verlos.

- No. Es demasiado arriesgado – me negué mientras me giraba para ver a aquel par de tetas en formación que le colgaban a mi lado a la zorrita. Tal como me imaginaba, sus pezones estaban duros de excitación y las tiras de tela que cubrían antes toda la aureola se había estrechado hasta hacerlo apenas ...