1. Vacaciones para cuatro 14


    Fecha: 15/05/2024, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Wilmorgan, Fuente: TodoRelatos

    ... deseábamos tener aquello dentro, incluso su novia. Era demasiado sensual para no desear mamar como putas. Agarrándose él mismo su tranca, fue hacía a mí. Yo saqué el plug que aún tenía en mi boca, para dejar paso libre a algo más caliente. Comenzó a pasar su polla por mi cara, jugando en mis labios con la punta. Deseaba tragarla, pero no me había ordenado eso. Le miré a los ojos, me sonrió, hizo un gesto de condescendencia y me señaló con la barbilla la mesa de Jorge y Carlos. Lo entendí perfectamente, como fuere, él sabia que mi Amo y mi novio estaban allí. Seguro que Jorge no permitiría que yo chupase una polla delante de Carlos. Al menos sin su consentimiento. Si se lo hubiera contado a mi novio… ahora estaría saboreando esa magnifica verga.
    
    Pasó a su novia. Resignada, volví a ocupar mi boca con el chupete que era mi tapón anal. Agarrando la punta, la dejó caer sobre su cara, soltándole un buen pollazo. No hubo más para ella, que se quedó con la boca abierta y babeando, sin saborear tampoco aquella delicia. Entonces llegó a Paula, que después de jugar con ella como conmigo, metió la punta en su boca.
    
    - Chupa, zorrita. – le dijo.
    
    Paula chupó con los ojos brillantes y una sonrisa de oreja a oreja. Miré con rabia a Jorge, que me devolvió una sonrisa. Él sabía lo que me apetecía aquella polla. El muy cabrón estaba disfrutando de dejarme así. Frustrada, como todas las vacaciones. Arrodillada, sin poder disfrutar, igual que la maldita rubia. Viendo las dos como mi pequeña sumisa era la única que probaría el sabor de esa preciosa verga.
    
    - Cornuda, a cuatro patas. – le dijo a Irene.
    
    Esta obedeció resignada, quedando con su cara al público y su culo frente a nosotros. Me ordenó sentarme sobre su espalda, como había empezado aquella noche.
    
    - Abrirla para mí.
    
    Pau y yo obedecimos de inmediato, separando sus nalgas, dejando sus agujeritos bien expuestos. Él hincó una rodilla en el suelo para estar a su altura y apuntó a su coñito húmedo y rosita. Llevó mi mano a su polla y me dijo:
    
    - Métela donde quieras.
    
    Me mordí el labio mirándole a los ojos. Saqué mi plug de la boca y lo dejé sobre la rubia. Mirando al hombre con deseo, deje que mi saliva fuera descendiendo de mis labios lentamente, en un gesto lascivo y guarro. Deseaba ponerle cachondo. Iba a ser la mamporrera de ese hombre. Y la causante de que Irene acabase con el culo roto. Mi saliva llego a su agujerito. Con mi dedo lubriqué la zona dibujando círculos, para después meterlo un poquito.
    
    - Esto es todo el lubricante que tendrás, cornuda. – le dije a Irene, antes de sacarle el dedo.
    
    Lo retiré y volví a ponerme mi chupete. Miré a ese hombre con auténtica devoción, mientras guiaba su polla al agujerito de su novia. Despacio, pero sin ningún tipo de pausa, el abismal pene fue entrando en ella. Sus quejidos no tardaron en aparecer, incluso intentó escapar hacia delante, pero tenía unos barrotes impidiendo la huida. Vi feliz, como cada centímetro de aquel colosal pene ...
«12...91011...»