1. Fantasía de secuestro


    Fecha: 01/05/2024, Categorías: Dominación / BDSM Autor: abofeteado, Fuente: CuentoRelatos

    ... secuestro/ internamiento va a comenzar -Me confirmó.
    
    Anduve tras de ella por un largo pasillo de la casa rustica. No paraba de mirar el movimiento de su cuerpo mientras andaba y escuchaba el ruido de los tacones de sus botas al caminar. Al final del pasillo aparecían unas escaleras de madera que descendían y se introducían en el interior subterráneo de la finca. Tras bajar unos escalones apareció una puerta gruesa de madera. La abrió con sus llaves y me invitó a pasar primero. Entró tras de mí y encendió la luz. Observé como se trababa de un sótano lúgubre y oscuro de grandes dimensiones. No había ventanas en su interior y era completamente viejo de ladrillo y piedra. La señora cerró la puerta y echó la llave por dentro dando varias vueltas. Retiró la llave y se la guardó en su bolsillo de la falda de cuero fuera de mi alcance.
    
    -Desnúdate y arrodíllate bajo esa cadena que cuelga del techo – Me ordeno.
    
    Me fijé en la cadena que pendía del techo, una cadena gruesa de varios centímetros de grosor que descendía hasta escasos centímetros del suelo. Me quité toda la ropa y me quedé completamente desnudo. La señora se acercó hasta un armario situado en un extremo del sótano y agarró varios objetos que no pude identificar ya que se encontraba situada tras de mí.
    
    -De rodillas estúpido – Me ordenó nuevamente.
    
    Obedecí y me coloque de rodillas bajo la cadena metálica. Noté como agarró mis manos y fuertemente las llevó a mi espalda. Agarró unas esposas metálicas y las colocó alrededor de mis muñecas. Cerró las esposas y sentí una fuerte presión, las cerró duramente sin compasión, no dudó en cerrarlas lo más apretadas posible.
    
    -Ahhhh -Me quejé por la dureza y presión de las esposas en mis manos.
    
    -Cállate, no quiero escuchar una sola queja – Me recriminó duramente.
    
    Cerró las esposas con una llave que sacó de un llavero lleno de llaves. Ahh me apretaban las esposas, no era necesario apretarlas tanto, pero dejó bien claro que no iba a tratarme con delicadeza. Sacó de su apreciado armario unas tobilleras de piel que ajusto a mis tobillos y para concluir el proceso colocó una barra espaciadora entre ambas que me obligaban a mantener las piernas abiertas sin poder cerrarlas. Las tobilleras las ancló por un agujero que llevaba la barra metálica en ambos extremos y terminó cerrándola con dos pequeños candados que impedían pudiesen soltarse. Era imposible quitarme las tobilleras o poder cerrar las piernas, los pequeños candados de metal en ambos extremos lo impedían.
    
    Agarró mis muñecas esposadas a mi espalda y ancló las esposas a la cadena gruesa que pendía del techo con un candado sólido. Me fijé que portaba un llavero con una gran cantidad de llaves, que servían para los candados, esposas, puerta y utilidades que aún desconocía. Tiró del extremo de la cadena y de esta forma comencé a erguirme obligado por la cadena que tiraba sobre mis esposas. A medida que tiraba de la gruesa cadena, mis manos en mi espalda se levantaban más en el aire y ...
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