1. Amor de madre Vll - FIN


    Fecha: 12/04/2024, Categorías: Erotismo y Amor Autor: AlbertoXL, Fuente: TodoRelatos

    ... y soltó el teléfono sobre la mesa. No le pareció probable que ninguna de aquellas mujeres decidiera perder su tiempo y sus ganancias pasándole trabajo a la competencia. Desconocía cómo funcionaba el negocio, y si las prostitutas de Valencia se conocían entre ellas.
    
    Apartó los periódicos con fastidio, cabreado por la evidencia de estar perdiendo el tiempo, y durante unos minutos no hizo otra cosa que beber en silencio. Al poco, su móvil comenzó a sonar. No conocía el número que apareció en la pantalla, pero no se podía permitir rechazar la llamada.
    
    — Me han dicho que me estás buscando. Soy Vanesa.
    
    — Si tú lo dices…
    
    Aunque su voz sonaba remotamente parecida a su lejano recuerdo de la voz de Tere, en realidad podía ser cualquier prostituta que, alentada por alguna compañera, soltaba aquel nombre como un pescador su anzuelo.
    
    — ¿A qué viene tanto interés en conocerme? —prosiguió, ignorando su comentario— Hay chicas muy guapas por ahí.
    
    Hablaba con desparpajo, como si estuviera de vuelta de todo, y a David le asqueó la naturalidad con que aquella mujer asumía su condición de prostituta.
    
    — Un amigo me habló de ti.
    
    — ¿Qué amigo?
    
    — El concejal de educación.
    
    Se escuchó una risa al otro lado.
    
    — ¿Y qué te ha contado de mí? —insistió la supuesta Vanesa.
    
    — Poca cosa.
    
    — Pues, para haberte contado poca cosa, has hecho bastante por encontrarme. ¿Quién eres?
    
    Aquella pregunta directa le hizo ponerse en guardia, podía ser ella, o no.
    
    — ¿Y cómo sé que eres la que estoy buscando?
    
    — No puedes si no nos vemos —sentenció, con una seguridad que terminó de desarmarlo— Esta noche estoy libre.
    
    — No sé si fiarme.
    
    — Dime una cosa, ¿por qué tanto interés en conocerme?
    
    — Ya te lo he dicho, alguien me habló de ti.
    
    — ¿Y ese alguien no te dio mi número?
    
    A David no se le ocurrió qué responder, así que no dijo nada.
    
    — Mira, podemos vernos sobre las diez —propuso la chica— ¿Conoces la calle de La Inmaculada?
    
    Quedaron en verse a esa hora y, cuando colgó, David notó un arrebato de euforia, pese a que sabía que aquello no significaba absolutamente nada y que aquella mujer bien podía ser una farsante como todas las que había conocido a lo largo de aquella semana. No obstante, su intuición le decía que estaba en el camino correcto, cada vez más cerca. De manera que se acabó la cerveza y llamó la atención del camarero para que le trajera otra. Se la había ganado.
    
    Cuando David llegó al lugar en el que se habían citado, detuvo el coche a un lado de la calle y esperó. Desde donde estaba podía contemplar la calle de La Inmaculada, en pleno centro de L’olivereta, compuesta por varios bloques de un color blanco tan deslustrado y lleno de desconchones que le hicieron evocar una gigantesca dentadura repleta de caries.
    
    Sacó su móvil, buscó la fotografía de aquella Tere adulta y la examinó para memorizar sus facciones, aunque ya lo había hecho tantas veces antes que en realidad no era necesario. Era una imagen de mala calidad, ...
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