1. Amor de madre Vll - FIN


    Fecha: 12/04/2024, Categorías: Erotismo y Amor Autor: AlbertoXL, Fuente: TodoRelatos

    Aunque no había muchas prostitutas que se llamasen Vanesa, había algunas tan desesperadas por encontrar clientes que cuando les preguntaba no dudaban en mentir y decir que sí, que se llamaban Vanesa. Después de quedar sin éxito con varias de ellas y tras visitar todas las páginas de contactos existentes en la Internet, había decidido que era el momento de pasar a la vía tradicional, es decir, la sección de anuncios clasificados de la prensa local. Si aquello tampoco daba resultado, no iba a tener más remedio que volver a dejarse caer por alguno de los muchos burdeles de Valencia para preguntar allí por Tere, o Vanesa, algo que no le apetecía en absoluto.
    
    El camarero llegó con su cerveza y se la colocó delante. Al hacerlo, desvió la mirada hacia la hoja del periódico que David estaba consultando y alzó las cejas. Éste le lanzó una ojeada furiosa, retándole en silencio a verbalizar lo que estaba pensando, pero el mozo pareció llegar a la conclusión de que aquello no era asunto suyo.
    
    Se bebió la mitad de su cerveza de un trago y, tras asegurarse de que seguía siendo el único cliente sentado en la terraza en aquel momento, cogió su móvil y marcó el número que aparecía en uno de aquellos anuncios, que rezaba “Caribeña ardiente, deseosa de hacer realidad tus deseos”.
    
    — Hola —respondió una voz de mujer— ¿Qué puedo hacer por ti?
    
    — ¿Cómo te llamas?
    
    — Samantha, ¿y tú?
    
    — Lo siento, estoy buscando a otra persona. —David vaciló— Se hace llamar Vanesa, ¿la conoces?
    
    — Pues no, pero si me das una oportunidad te ayudaré a olvidarte de ella.
    
    David colgó. Después de quince años, ya había perdido toda esperanza de olvidarse de Tere, y volvió a mirar los anuncios. Encontró otra chica que se presentaba como “Colombiana morbosa, madre soltera, hago de todo”. Teniendo en cuenta que en aquellos anuncios cada palabra demás debía de subir el precio de publicación, decidió que no se podía decir más con menos. David se encogió ante la posibilidad de que Tere hubiese sido madre, aún así tecleó aquel número.
    
    — Hola —respondió una voz tan similar a la anterior que se preguntó si no sería la misma.
    
    — Hola. ¿Cómo te llamas?
    
    — Vanesa.
    
    Lo soltó sin vacilar, lo que le hizo dudar de inmediato de su veracidad. Comparó rápidamente aquel anuncio con el anterior y se percató de que, aunque parecían diferentes, en ambos figuraba el mismo número de teléfono, algo en lo que habría reparado de haber estado más atento.
    
    — Creo que acabamos de hablar, ¿no es cierto?
    
    — Ya que insistes tanto, creo que deberíamos conocernos.
    
    Se obligó a permanecer en línea, aunque la posibilidad de que aquella mujer pudiera serle de ayuda le pareció bastante remota.
    
    — Mira, estoy buscando a alguien en concreto. Si conoces a alguna compañera de unos treinta años que se haga llamar Vanesa, aunque ese no sea su nombre real, dale mi número y dile que me llame.
    
    — Claro. Por amor al arte…
    
    Esta vez fue ella la que puso fin a la llamada, y David reprimió una maldición ...
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