EL CAMINO DE SANDRA 7 y 8 - Relatos Eróticos

EL CAMINO DE SANDRA 7 y 8

... mujer tiene amistad con mi tía así que supongo que estará encantada de poder ayudarnos. He pensado que en principio Ud. se niegue, a ver si es ella quien le insiste, así podrá venir por aquí varias veces a la semana sin levantar sospecha y quedará bien con su esposa.

- Joder Andrés eres un lince, qué buena idea, seguro que mi mujer se pone de vuestra parte de inmediato, aunque solo sea por llevarme la contraria, desde el asunto de la cartilla no pierde ocasión. Con esto podré ganar puntos con ella porque ya me encargaré de exagerar la dificultad del cometido y le restregaré que lo hago por ella, es perfecto.

- Pues mañana nos vemos en su casa.

- Hasta mañana.

Durante toda esta conversación, que se desarrolló en el salón del piso, Sandra estuvo presente, desnuda y sentada en las rodillas de su amo, que no paró de tocarla delante del viejo. Se sintió absolutamente ignorada, hablaron de ella como si no estuviera presente o peor aún, como si fuese un animal que no entiende lo que se dice aunque se hable de él. La humillación y el desprecio fueron absolutos, nunca como en ese momento se sintió un objeto, una propiedad de la que se dispone. Y aquella sensación hizo que se excitase sin remedio, hasta el punto de que al salir el viejo vecino habló a su amo sin haber sido autorizada.

- Amo, por favor, permíteme decirte algo.

- Dime zorrita.

- Por favor amo, fóllame, o dame por culo, como tú quieras, pero necesito sentir que estás dentro de mí, poseyendo mi cuerpo por completo.

Andrés no se hizo rogar, él también estaba cachondo, folló a su esclava por detrás mientras azotaba aquel maravilloso culo, ella se corrió enseguida y lo volvió a hacer coincidiendo con su amo, después fueron a dormir, el día había sido intenso.

8

El viernes por la tarde hicieron la prometida visita a casa de D. Anselmo, en la que todo fue como habían planeado, Andrés quedó impresionado por las dotes interpretativas del vecino que no dejó de protestar por aquella tarea imprevista. Incluso en un momento dado Sandra, aseguró que bajo ningún concepto querían molestar, solo acudieron porque la tía de Andrés les aseguró que D. Anselmo era un experto en contabilidad y ella andaba bastante perdida, pero entendía que era un favor engorroso y tampoco deseaba poner en un brete a su vecino. Pero al final, tal y como había previsto el viejo, su mujer intervino poniendo cada cosa en su lugar.

- No te preocupes que Anselmo estará encantado de ayudarte, así hará algo útil con su tiempo, que se pasa el día en el bar con los amigotes. Además la tía de Andresito es muy amiga mía y para algo que podemos hacer por vosotros no vamos a dejarlo pasar. Anselmo es un gruñón, pero cuando os pongáis a lo vuestro ya verás cómo le pone entusiasmo, al final le tendréis que echar del piso porque le acabará gustando estar con vosotros que sois jóvenes y no habrá quien le saque de allí.

- Pues muchas gracias, la contabilidad no acaba de entrarle en la cabeza, así que sea Ud. todo ...