EL CAMINO DE SANDRA 7 y 8 - Relatos Eróticos

EL CAMINO DE SANDRA 7 y 8

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El plan que Andrés había trazado para emputecer a su esclava incluía un acercamiento paulatino al viejo vecino, ir dando a entender que podría hacerse con las atenciones de la chica y conseguir que él mismo buscase la ocasión de hacerlo. Pero en la realidad todo fue mucho más deprisa de lo esperado, al día siguiente a su primer contacto mandó a Sandra con la basura y un atuendo similar, al llegar abajo encontró al vecino esperando.

- Vaya Sandrita, qué casualidad, hemos cogido la hora y vamos a encontrarnos todos los días.

- Hola D. Anselmo, eso no es nada malo, siempre es agradable coincidir con un simpático caballero, a Ud. le molesta que nos veamos?

- Por dios guapa, bajo ningún concepto, siempre es un placer verte.

- Gracias, para mí también lo es.

De nuevo subieron con ella delante, y de nuevo el viejo se deleitó con el espectáculo. Bien aleccionada por su amo Sandra movía exageradamente el culo y abría las piernas, además llevaba una camiseta algo más corta, con lo que su coño, abierto y brillante, era perfectamente visible, y el movimiento hacía que la camiseta se subiera un poco por detrás dejando el culo al descubierto. Aquello era tan descarado que cuando Sandra volvió a fingir un tropiezo el viejo la sujetó y empezó a sobarla sin disimulo, no solo tocó su culo también le sobó las tetas y le metió un dedo en el coño.

- Me parece que eres una putita calentorra, verdad zorrita?

- Si D. Anselmo, soy muy puta y siempre estoy mojada.

- Ya lo veo putita, por qué no vamos a tu casa y me como este coñito tan jugoso? Luego puedes chuparme la polla y después te la meto para que te corras como la cerda que eres.

- Lo siento pero si desea usarme tendrá que hablar con mi amo, yo solo hago lo que él me ordena.

- Ah, así que eres una perra sumisa, eso es aún mejor. Supongo que tu amo será Andrés, parece increíble, una guarra como tú, con estas tetas y este culo, y perteneces a alguien como tu amo, no es lo que se esperaría, pero me alegro por él, seguro que se divierte mucho contigo. Vamos a tu casa, a ver si me deja usarte un poco.

Al llegar al piso los dos juntos Andrés supuso que el viejo había pasado al ataque, no le extrañaba, había ordenado a la perra que se mostrase al máximo y que fuese amable, de ahí a que se dejase meter mano había un paso.

- Buenas noches D. Anselmo, ya me contó Sandra que anoche coincidieron al tirar la basura, y hoy de nuevo igual, puedo hacer algo por Ud.?

- Pues yo diría que sí. Me ha dicho esta guarra que te pertenece.

- Así es, soy el feliz propietario de esta perra, es un animal magnífico pero aún está en proceso de adiestramiento. Ya chupa casi de todo y se pueden usar sus agujeros sin problema, pero todavía piensa a veces y hay que corregirla, aún se considera una persona, no ha llegado a aceptar del todo su lugar como animal de compañía o como objeto para uso y disfrute de su dueño. Pero estoy razonablemente contento con sus progresos, hay que castigarla con mano ...