EL CAMINO DE SANDRA 7 y 8 - Relatos Eróticos

EL CAMINO DE SANDRA 7 y 8

... tarifas? Necesito saberlo para ver cómo lo consigo.

Se veía al viejo inquieto y algo cabreado, era consciente de que aquel joven jugaba con él, pero no podía hacer nada para remediarlo. Cuando ya pensaba que su vida sería una sucesión de días llenos de aburrimiento, después de que su mujer encontrase la maldita cartilla, de pronto apareció la oportunidad de disfrutar de aquella muchacha, incluso de hacer con ella cosas que nunca pudo hacer con otras, y no por falta de ganas. Tenía una vena sádica que no pudo desarrollar, aparte de su esposa las mujeres con las que estuvo siempre fueron prostitutas, y para que le dejasen hacer lo que quería habría necesitado mucho dinero, y es posible que ni siquiera con mucho dinero lo hubiera conseguido. Sin embargo aquella zorrita parecía estar dispuesta a todo, era una sumisa y el chico, su amo, le dijo que podría usarla como quisiera, con muy pocas limitaciones. Pero suponía que le iba a pedir unas tarifas astronómicas, la puta lo merecía, estaba terriblemente buena, era muy joven y no parecía que hubiera estado con muchos tíos, estaría casi a estreno. Había revuelto cielo y tierra, pero conseguir una suma importante le resultaría imposible, con las chapuzas que hacía para algunos amigos, sobre todo contabilidades paralelas para encubrir dinero negro, sacaba poco, ya que se trataba de pequeñas empresas, negocios familiares y cosas así. Tenía la sensación de que la vida le había puesto la miel en los labios y ahora no le dejaría disfrutarla, con todo decidió ahorrar lo que iba sacando e incluso sisar en casa con mucho cuidado para poder darse el gusto de estar con aquella guarra, aunque tuviera que ser muy de vez en cuando. Así que estaba nervioso, deseando saber los precios para hacer sus cálculos sobre cuándo tendría suficiente.

- Bueno D. Anselmo, me cae Ud. bien, creo que voy a sorprenderle. Le haré precio de amigo pero tendrá que aceptar algunas condiciones.

- Tú dirás.

- Voy a hacerle una oferta, me pagará 300 euros al mes y podrá disponer de la puta una vez por semana sin restricciones, o al menos con pocas que después le explicaré, además podrá follársela cuando quiera en los horarios que yo determine, y lo mismo con las mamadas. Sin embargo tendrá que admitir que yo esté presente siempre que lo desee, y aceptar que en algunas ocasiones puede que la perra no esté libre, le prometo que no será lo habitual. Las ocasiones en que use a la cerda sin restricciones tendrán que ser planificadas y nunca pasarán menos de cinco días entre una y otra vez, debo cuidar la mercancía y hay que dejar un mínimo de tiempo para que se recupere. Todos los encuentros, del tipo que sean, se realizarán en este piso, fuera de aquí deberá tratar Ud. a Sandra como una vecina más, con respeto y cortesía, sin propasarse ni de palabra ni de obra, esto es innegociable y si no cumple, el acuerdo quedará rescindido de forma instantánea sin derecho alguno por su parte, quiero que quede claro. Por último debe entender que ...