Se descubre una nueva ilusión 8 - Relatos Eróticos

Se descubre una nueva ilusión 8

... diré. –dijo Shanna. –He dejado que me follen los perros de Samanta. –declaró Shanna. –¿Qué has hecho qué? –preguntó Yanira, dejando a las otras descolocadas. –Tomad, lo he grabado en vídeo y hasta que estado corriéndome en la duda. –dijo Shanna, que tiró la toalla para abrirse de pierna, observándola como el semen aún salía tanto por su coño y su ano. Mientras ella metía los dedos para masturbarse delante de ellas, sacándolos para chuparlos con la boca.

–Eres una cerda asquerosa puta sumisa de mierda. –dijo Yanira. Ella se levantó, poniéndose delante de ella. –¡Te pone cachonda ser unas esclava y perra blanca, Shanna! –dijo Yanira. –¡Ponte de rodillas en la posición de súplica, esclava! –ordenó Ama Yanira. –Si mi Ama Yanira. –respondió Shanna, excitada y cachonda perdida. Shanna se puso de rodillas sentada sobre sus pies, con su cabeza agachada y sus palmas de la mano en el suelo junto con su cara, pegada al suelo. Yanira, escupió en el suelo, delante de Shanna, ordenándola. –¡Lámelo esclava! –dijo Ama Yanira. Shanna lamía el suelo con deseo y lujuria hasta que Yanira puso su bota, para que Shanna comenzara a besarla y lamerla sin decirla nada. En eso que tanto Julia como Estefanía, no pudieron ocultarlo más, y se masturbaban, soltando gemidos que ya no controlaban. Yanira no se había dado cuenta, pero giró la cabeza, dándose cuenta de los gemidos que emitían ellas dos, vio que se habían desnudado, poniéndose de rodillas a cuatro patas, se lamían sus coños la una a la otra. Esto la ponía cachonda a ella, también, que empezaba a soltar sus fluidos, que desde hacía un tiempo no había tenido esa sensación de deseo y lujuria. –¡Tú sigue lamiendo mis botas, esclava! –ordenó Ama Yanira. –Si mi Ama Yanira. –respondió Shanna. –¡Vosotras, esclavas! –dijo Ama Yanira. –¡Traedme vuestras medias de rodillas a cuatro patas, esclavas! –ordenó Ama Yanira. –Si mi Ama Yanira. –respondieron ambas, excitadas y cachondas por ser tratadas así de esa manera tan denigrante y humillante. –¡Con la boca, perras estúpidas! –dijo Ama Yanira. Las dos trajeron sus medias con su boca para dejárselas en sus manos, para ponerse de nuevo de rodillas en la posición de esclava de súplica, que era sentadas sobre sus plantas de sus pies con la cabeza pegada en el suelo y las manos en el suelo pegadas. –Tú, pedazo de mierda, ponte como tus amigas esclavas. –dijo Ama Yanira. –¡Esperadme aquí en silencio sin hablar ni decir nada! –ordenó Ama Yanira. Ella salió de la casa de Shanna para entrar en la casa de Samanta para traérsela de rodillas a cuatro patas como la esclava y perra que era junto con sus perros con las correas.

Nada más entrar en la casa, Yanira se sentó en el sofá diciéndoles. –¡Poneros las dos con el culo em pompa y pegad vuestras cabezas al suelo, esclavas! –Si mi Ama Yanira. –dijeron Estefanía y Julia, que vieron que Yanira soltó a los perros para metérselas por el culo, pegando un gemido de dolor ellas. –¡Aaah, aaah, aah! –gemían de dolor ambas. –¡Mmm, mmm, mmm! ...