1. Se descubre una nueva ilusión 8


    Fecha: 30/03/2024, Categorías: Dominación / BDSM Autor: piesitos, Fuente: TodoRelatos

    ... mientras que Angela se ponía el antifaz entrando al local. Cuando entró dentro vio que había dos vigilantes a ambos lados de la puerta, que la saludaron, diciéndola. –¡Esperamos que se divierta la señorita! –dijeron ambos con una sonrisa. Angela vio que había pistas donde las esclavas blancas y alguna negra junto asiáticas, caminaban bailando desnudas con los collares, abriéndose de piernas, escupiendo si el cliente era sumiso, ésta le llamaba esclavo, lámelo. En cambio, si era Amo/a le podía cogerla de la correa, tirar de ella/el, para castigarlo con una fusta, o tirando de las pinzas metálicas, y lo mejor de todo sincronizando los vibradores para que el cliente durante el tiempo que haya pagado, la pueda usar y disfrutar. Podían follarlas por su ano, por su vagina y por su boca, dejándolas ahí, e incluso mearla o hasta cagarla. Desde luego, aquella esclava no metía que el que entrara en el local, se iba a ir muy contento y feliz.
    
    Angela veía como en un lado de la sala, un Amo follaba a una de las esclavas, otro de al lado la meaba en su boca. Por el centro, había mesas para sentarse, pero también en los laterales pegados a la pared. Ella observó cómo no había mucha gente en la zona de la derecha, que estaba más tranquila, así que en ese momento vino una esclava para preguntarla donde quería sentarse la señorita. –¡Puede usted sentarse donde desee que esté la mesa libre! –dijo la esclava. –Me gusta la tranquilidad. –dijo Angela. –¡Entiendo! –dijo la esclava. –¡Por favor si puede seguirme, le indicó su mesa! –dijo la esclava. –¡Por cierto, puede llamarme esclava si lo desea, humillarme, denigrarme y lo que desee usted, mirando su brazalete en el lado derecho! –dijo la esclava, en la que ella vio el nombre de Susana. Angela la seguía mientras comenzó a preguntarla, ¿cómo había llegado a parar ahí? La esclava se calló por un momento para empezar su historia. Pues, una mala racha en mi vida, acabé como esclava, vendida por mi familia para pagar deudas, señorita. –dijo Susana, mirando al suelo nuevamente.
    
    –¿Llevas mucho tiempo, esclava? –Si Ama. –dijo Susana. –No se enfade Ama, pero nos obligan a llamar a los clientes Ama/o si llevan el brazalete en el lado derecho, pero si lo llevan en el izquierdo las camareras/os son Amos/as, que les llaman esclavo/a. –No te preocupes, esclava. –dijo Angela. –Lo entiendo. –dijo Angela. –Por cierto, al entrar he visto unas Amas Negras, entrar por una puerta a una esclava blanca, ¿Es también una empleada del local? –preguntó Angela. –Si, ya se quiénes dice Ama. –dijo la esclava. –Así, nos trajeron a todas, metidas en un capo de un coche, de rodillas a cuatro patas como unas perras. –dijo la esclava. –Fue llevaba a las salas privadas de la parte de atrás, donde la someterán, denigrarán y convertirán en una esclava más como nosotras. –dijo la esclava. –¿Esa zona se puede pasar? –preguntó Angela. –Si es Ama, puede entrar identificándose Ama. –dijo la esclava. –Vale, indícame por donde debo pasar. –dijo Angela. ...
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