Se descubre una nueva ilusión 8 - Relatos Eróticos

Se descubre una nueva ilusión 8

... las tiene allí. –dijo Angela. El juez, junto con los agentes esposaron a todos en el local, llevándoselos a todos presos para acercarse a la sala junto con Ama Selene, en la vieron como daban de latigazos a Lorena, que estaba repitiendo una y otra vez. –“Soy su esclava Amas Negras, las pertenezco y acepto ser esclava del local”. Nada más entrar el Juez, ellas se pararon preguntando. –¿Qué es lo que sucede? –dijeron ellas. –Estamos en una sesión de BDSM legal. –dijeron ellas. Los agentes las detuvieron a todas esposándolas sus manos a la espalda, liberando a Lorena, que lloraba como una magdalena, dándose cuenta en el error que había cometido. Se ve que, durante este tiempo, la habían maltratado muchísimo, pero había llegado en el momento clase ya que aún no la habían marcado como esclava. Por otro lado, venía la esclava Susana con los papeles de compra venta que le habían dado para entregárselo a su Ama. –¿Y qué es esto? –preguntó el Juez. Angela le explicó lo que le había dicho la chica, que estaba dispuesta a comprarla para sacarla de allí, si fuera necesario. Además, vio a una esclava que había sido amiga suya en el otro lado siendo humillada por los Amos clientes. –No se preocupe que el Tribunal de hace cargo de estas compras, liberando a los esclavos que se vean esa situación. –dijo el Juez. –No podemos cambiar el hecho que antes eran personas normales y ahora esclavos, pero podemos liberarlos, dejándoles bajo la protección del Tribunal de BDSM. Este cogió los papeles, poniendo el sello, firmándolos. –Ya te puedes ir Susana, eres libre, verificándolo en el momento con la base de datos de la central. Angela cogió a Lorena y a Susana, tapándolas con unas túnicas para protegerlas para llevárselas en coche a su casa. –¡Muchas gracias, Señor Juez! –dijo Angela, haciéndole una reverencia, besando su mano. Roberto, no solía recibir este tipo de agradecimiento por parte de una Ama dominante, salvo en señal de agradecimiento por haberla salvado de ser convertida en una esclava y perra negra por la fuerza, que todos caeríamos ante esas torturas y métodos de adiestramiento, sometimiento, denigramiento y doblegamiento de BDSM.

Angela salió con ellas, para llevárselas a su casa y luego mañana, ya verían que podían hacer. Durante el camino, estaban todas en silencio, esperando la conversación fuera iniciada por alguna de ellas. Susana, antes de irse, cogió sus cosas, lo poco que tenía para meterla en coche de su Ama. –¿Os encontráis mejor las dos? –preguntó Angela. –Si, Ama Angela. –dijo las dos. –Estamos bien. –dijeron ambas. –Me alegra saberlo, entonces, porque si un poco más de tiempo, y tú Lorena hubieras acabado como ha estado Susana durante ese tiempo trabajando en ese local. –dijo Angela. –¿Cómo fue tú vida desde que te vendieron o te raptaron Susana? –preguntó Angela. –Mi familia tenía deudas, y no podían pagarlas, pero no sé, si convencieron a mis padres entregarme a mí, como esclava y perra blanca a cambio de esa deuda. –dijo Susana. –Lorena, ...