Se descubre una nueva ilusión 8 - Relatos Eróticos

Se descubre una nueva ilusión 8

La Mujer de los perros 8

Esa noche, Angela se despidió de las demás con una sonrisa, ya que todo había salido muy bien. Sin embargo, a lo lejos vio como salían las Amas Negras que ya conocía de sobra, Ama Selene, Ama Destiny, Ama Rose, Ama Stefany, Ama Sophie, seguida de Lorena que iba de rodillas, desnuda tirada de una correa como una perra. Angela, pensó, se lo advertí, pero si le gusta y le va la marcha al descubrir este mundo, allá ella. Ella quería que se esperara unos días para pensar todo lo que le había pasado esa tarde. Pero de todas maneras se quedó esperando dentro de su coche para ver lo que sucedía. Angela, estuvo viendo como la meaban en la boca, la escupían en la boca, y se cagaban en su boca, una detrás de otra, para terminar, metiéndose en el maletero, tras cerrarse el capo por parte de una de ellas. Angela no se sorprendió nada de lo que había sucedido, así que espero a que el coche arrancará para seguirlas. No estaba dispuesta a quedarse sin saber lo que iba a suceder detrás de eso. Salieron por la A40 en dirección de una carretera secundaria, donde había un Club de BDSM, desde luego había muchos coches aparcados delante por lo que pensó que era un local muy popular de esa zona. Ellas llegaron al lugar, aparcando en una plaza, sacando del capo a su perra esclava, para ir por una puerta trasera. Angela había aparcado en la otra punta del estacionamiento, viéndolo todo lo que había ocurrido, así que decidió caminar para ver esa puerta más de cerca junto con el establecimiento en el exterior. Ella fue contando las puertas que tenía ese establecimiento y el nombre de éste, “La cerda esclava blanca”. Ciertamente, el nombre era algo muy peculiar, que dejaba clara su significado y sus intenciones de que iba ese local.

Angela, entró por la puerta para ver que había una cabina de acceso, estando una chica blanca con collar y correa, pinzas metálicas, juntos pulsera y brazalete puestos. –¡Perdone! ¡Disculpe! pero la entrada cuesta 20 euros –dijo la esclava. –Además, debe de ponerse varias prendas. –dijo la esclava. –Si es una esclava y perra como yo, con este collar, con esas pinzas metálicas juntos con los brazaletes y pulseras. –dijo la esclava. –Además, debe de desnudarse y caminar de rodillas a cuatro patas como las perras esclavas que somos. –dijo la esclava sonriendo. –Sin embargo, si esa una persona vainilla que es curiosa, un lazo en azul en la muñeca y tobillo derecho o izquierdo si es aspirante a Ama o a esclava. –dijo la esclava. –Si no cumple con las normas del local, no la podré dejar entrar, ya que es un club exclusivo. –dijo la esclava, amablemente. –Está bien, dame los lazos azules. –dijo Angela. Angela se los puso en el lado derecho, pagando los 20 euros. –Es un poco caro de todas formas. –dijo Angela. –Si no le gusta, no entre, pero verá cosas espectaculares, que nunca ha visto como aspirante. –dijo la esclava. –Una cosa que se me olvidaba, póngase este antifaz, ya que la privacidad es absoluta. –dijo la esclava, ...