Se descubre una nueva ilusión 8 - Relatos Eróticos

Se descubre una nueva ilusión 8

... –Si, Ama, como me ordene. –dijo la esclava. Angela fue detrás de la chica cuando le dijo. –Está es una base de datos de todas las Amas/os que quedan todos registrados, si pone su mano, la dejará entrar, si no lo es no la dejará, y la acompañaré a la mesa que le iba a indicar Ama. –dijo la esclava. Angela puso la mano, abriéndose la puerta mientras los de alrededor la miraron para saber quién era esa Ama dominante. Angela pasó con la esclava Susana que la acompañaba, desde el día que la llevaron a ese lugar no la habían permitido entrar en esa zona, pero ahora con una Ama, estaba obligada a servirla y si ella la aceptaba, podría irse con ella como su esclava, pagando una tasa de compra por ella.

Susana se puso de rodillas, llorando, pidiéndola si podía sacarla de ahí. –¡Por favor, se lo suplico Ama! –decía Susana, con lágrimas en sus ojos. –Todos los que suplique ayuda de esta zona, estaban conchabados para que no me pudiera irme. –dijo la esclava. –No tengo a donde ir, no tengo dinero. –dijo la esclava. –Pero si puedo irme con usted, haré todo lo que quiera Ama. –dijo la esclava. Angela, estuvo pensándolo muy bien, no quería meterse en líos, pero era verdad que no podía dejarla allí, después de haberla ayudado. La chica merecía una oportunidad ya que tenía menos edad que ella, diría que, tendría 18 años, quizás sería muy extraño. –¿Cuál es tu precio de venta como esclava? –preguntó Angela. –60.000 euros. –dijo la esclava, bajando la mirada al suelo, ya desilusionada. –¡Trae los papeles que te vienes conmigo Susana! –dijo Angela. –Si, Ama como me ordene. –dijo Susana, saliendo corriendo al puesto de venta. Angela pasó a la sala, viendo las diferentes salas que había, pero curiosamente se encontró con Ama Selene. –Hola, ¡cuánto tiempo! –dijo Angela, dejando de piedra a Selene. –Hola, Angela. –respondió ella. –¿Sabes, por qué he venido no? –preguntó Angela. –Os habéis llevado a una esclava novicia, que era mía y que adiestré yo, sin mi permiso. –dijo Angela. Una de las Amas del local, estaba escuchándolo todo cuando se fue para traer al director del establecimiento. Angela, no era tonta, sabía que no podía salir viva de allí, sin que se lo hubiera dicho a alguien, pero Angela había avisado al Tribunal de BDSM, con un mensaje de S.O.S. En ese momento, llegó el director con varios Amos con cadenas, grilletes y un collar para ella, pero en el momento que iba a cogerla, entrando los Jueces del Tribunal junto a la policía especializada, por todas las entradas para que no se pudiera escapar nadie del local.

En el exterior, había un Juez muy importante que dirigía la operación, entrando directamente hasta encontrarse con Angela. –Hola. –dijo Roberto. –Hola. –dijo Angela. –Hemos recibido, su mensaje. –dijo éste. –¿Qué es lo que ha sucedido? –preguntó el Juez. –Pues llevar a personas para someterlas, adiestrándolas como esclavos en contra de su voluntad. –dijo Angela. –Además, se han llevado a una esclava novicia de una empresa, unas Amas Negras, que ...