Se descubre una nueva ilusión 8 - Relatos Eróticos

Se descubre una nueva ilusión 8

... sujetos con las correas de ambas manos. Al estar en el jardín de la parcela, que era grande, la mayoría de los vecinos que transitaban por allí, pertenecían a uno de los muchos portales de esos bloques, por lo que Samanta, vivía en el portal de al lado de la de Angela dentro de parcela. Llegaron al cruce donde Angela y Tania seguían hacía su portal, mientras que Samanta se desvió al camino de la derecha que era más largo. Angela en el portal, antes de entrar cogió su móvil, mirando a la dirección del otro portal. –¡Veo que me has obedecido, perrita! –escribió Angela, mediante un mensaje. Samanta, se paró cuando le sonó el pitido del móvil, indicándola que había un mensaje para ella. Ésta al leerlo, se quedó parada, paralizada, desde lejos se notaba que estaba nerviosa y alterada. Angela, acaba de confirmar sus sospechas, ya ante había visto manchas en sus pantalones, indicando que se había excitado y mojado sus bragas, pero ahora, había confirmado que le gustaba la marcha como a sus esclavas.

–Bueno, si te atreves, desnúdate donde estás. –ordenó Ama Angela. –Deja las ropas en esa papelera que tienes al lado. –ordenó Ama Angela. –¡Me alegra que seas tan obediente, perrita! –dijo Ama Angela. –¡Te estoy observando y sigues mirando al suelo como te ordené, así que esto te gusta, por lo que veo! –dijo Ama Angela. –¡Hazme un toque si quieres jugar y dos sino quieres jugar! –dijo Ama Angela. Angela vio como Samanta cogió el móvil, y le dio un toque para luego guardárselo. –¡Desnúdate, y ponte a cuatro de rodillas como la esclava y perra blanca que eres! –ordenó Ama Angela. –¡Deja, tu ropa en la papelera, esclava! –ordenó Ama Angela. –¡Lleva en tu boca las correa junto con el móvil y las llaves, esclava! –ordenó Ama Angela. –¡Y vete a tu casa, que recibirás más órdenes, esclava! –ordenó Ama Angela. Angela observó como Samanta poco a poco se desnudaba para dejar toda su ropa en la papelera, poniéndose de rodillas a cuatro patas como un perro, para coger con dificultad lo que le había ordenado aquella chica que acaba de conocer, y que no la conocía de nada, pero estaba excitada, mojada y cachonda perdida. –Recibió otro mensaje en el que ponía. –¡Coge el pintalabios y escríbete en el pecho!

–“Soy una puta sumisa de mierda, esclava de mi Ama Angela.”

Samanta con dificultad, se escribo esa frase en el pecho para seguir caminando a cuatro patas como una perra con sus perros a su lado, pero sonó el móvil nuevamente, con un mensaje. –Gírate, y mira hacía, siéntate sobre tus plantas de tus pies, abriéndote de piernas con las manos detrás de tu cabeza y mira al suelo, esclava. –ordenó Ama Angela. Samanta excitada, mojándose con sus fluidos perdidamente, y excitando a sus perros que los estaba poniendo cachondos, lo hizo, para que Angela le tirara una foto con su móvil. –¡Vete a casa que sino tus perros te van a follar en el mismo sitio donde estás! –dijo Ama Angela. –¡Hasta luego, esclava! –dijo Ama Angela, metiéndose en el portal, ya dándole igual lo que ...