Se descubre una nueva ilusión 8 - Relatos Eróticos

Se descubre una nueva ilusión 8

... estaban disfrutando como locas de placer, diciéndole que esperara a que terminaran. Estuvieron follándolas cerca de unos quince minutos, los perros se corrieron dentro de ellas, haciendo que las perras se corrieran al unísono gimiendo de placer y gusto hasta que los perros volvieron al lado de su Ama y dueña, saltando y jugueteando felices por el jardín. –¡Lo siento, de verdad! –decía Samanta. –No me esperaba que hiciesen esto, pero sus amigas o perras como las llame, que estén así, han provocado esto. –dijo Samanta. –No se preocupe, de verdad. –dijo Ama Angela. –Que les ha gustado y han disfrutado de placer mis perras esclavas. –dijo Ama Angela. –Por cierto, me llamo Ama Angela, y estas son mis esclavas y perras blancas. –dijo Angela. –Me llamo Samanta, disculpad de todas formas. –dijo ella. –No sabía que esto iba a suceder. –dijo Samanta. Angela se levantó del banco para acercarse a ella, para pedirle su número de teléfono. –¡Oye, me gustaría que me dieras tu número de teléfono, Samanta! –dijo Angela. –Si claro, que se lo doy Ama Angela. –dijo Samanta. Samanta iba a preguntar para qué, pero Angela la cortó diciéndola. –Es por si otro día mis perras quieres que tus perros las vuelvan a follar, ya que como ves has gozado de gusto. –dijo Ama Angela. Samanta miraba a las perras esclavas gimiendo de placer con temblores con unas caras de felicidad, que se quedó sorprendida que tal suceso, hubiese provocado ese final.

–¡Lameos el culo, una a la otra, esclavas! –ordenó Ama Angela. –Si mi Ama Angela.

Ambas se pusieron a lamerse el ano, mientras las estaba viendo no sólo Tania con Samanta, sino alguno que pasaba por allí, se fijó en lo que estaba sucediendo. Samanta sacó el móvil para darle el número, pero Angela le dijo. –¡Dame tú móvil, Samanta! Dándoselo a ella, quedándose absorta viendo ese espectáculo, viendo como estaban lamiendo el semen de sus perros las dos chicas que Ama Angela, las llamaba perras esclavas blancas. Angela añadió su número poniéndose con el nombre de Mi Ama Angela, número XXX-XXX-XXX, dándose un toque para que le apareciera en su pantalla. Entonces le devolvió su móvil, mientras ella miraba a las chicas, pero cuando le dio su móvil, observo como añadía su número esclava Samanta. –Bueno, nos tenemos que ir, ya que las perras han lamido su culo junto al suelo, nos podemos ir a casa. –dijo Ama Angela. –Hasta luego, Samanta. –dijo Ama Angela. –Hasta luego. –dijo Samanta, yéndose con sus perros hacia su portal, pero al pasar por delante Angela, le dijo al oído. –¿Has visto tus pantalones, Samanta? –preguntó Ama Angela, con voz baja. –¡Te has excitado y mojado las bragas junto con los pantalones! –dijo Ama Angela. –Síguenos al portal, pero a una distancia, con la mirada al suelo. –ordenó Ama Angela. –Si te interesa, sino pues sigue con tu vida aburrida, Samanta. –dijo Ama Angela.

Tania junto con su perro marchaban al lado de Angela con sus perras, y a una distancia separada considerable, iba Samanta con sus dos perros, ...