1. Soy una pervertida sexual ¿y qué?


    Fecha: 30/03/2024, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Libre95, Fuente: TodoRelatos

    ... penetración que me iba a hacer, sin condón y derramándose dentro de mí. Mis paredes vaginales se estaban abriendo de forma bestial, me tiraban los músculos de todas las partes mientras aquello entraba cada vez más aprisa hasta que por fin, chocó contra el fondo de la matriz como si me quisiera llegar al estómago.
    
    El dolor era grande a pesar de que hacía meses que follaba con mis nuevos amigos, y sin embargo, aunque hacía fuerza con mis labios y dientes apretándolos, como también lo hacía con mis puños fuertemente cerrados. Y aunque mis ojos estaban húmedos, no lancé un solo grito, no me asusté, no tenía miedo a nada, ni siquiera a quedarme preñada. Aceptaba aquella polla y aceptaba lo que me estaba haciendo Javier, que con sus manos aplastaba mis tetas, pellizcaba cruelmente mis pezones, y movía mi cuerpo como si de una almohada se tratase, como si yo no pesase nada.
    
    --Oh Adriana, que buena estás y que buena puta voy a hacer de ti. Ya verás como te gusta esta vida. Ofrecerte para cumplir los vicios de quienes te los demanden. Engordar tus tetas y tu barriga constantemente preñada. Ya verás cómo te entregas a toda clase de vicios y sobre todo, como desearás ser usada todo el día, todos los días.
    
    Y yo sonreía, mientras su polla penetraba con fuerza y me dilataba brutalmente.
    
    Su ritmo de meter y sacar, era distinto al que yo estaba acostumbrada Constantemente variaba su velocidad, profundidad y las rotaciones que me hacía con las caderas, porque era él, con sus manazas, quien manejaba mi cuerpo. Poco a poco, mi cuerpo se fue adaptando a la dura follada y mi primer orgasmo facilitó la penetración. Mi mente fue cambiando, de mi primera indiferencia porque no me podía negar, pasé a empezar a disfrutar y a gozar de la violencia y fuerza con que me penetraba y usaba, y de ese primer disfrute pasé al ataque.
    
    Mis manos dejaron de ser puños y se abrieron, empezaron a acariciar sus fuertes y tatuados brazos, luego acariciaban su cuerpo, agarraban sus glúteos para empujarlo más hacia mí, y por fin, pasé a la etapa de coger su cabeza entre mis manos y aplastar mis labios contra los suyos. Abrí mi boca y nuestras lenguas se entrelazaron. Y tal y como predijo antes, mis orgasmos vinieron uno detrás de otro, hasta que se corrió dentro de mí con una fuerza tremenda de varias descargas de semen que mi vagina era incapaz de retener.
    
    Cuando su respiración se relajó un poco, la sacó aún medio empalmada, me la ofreció para que con mi boca se la limpiase, se dirigió luego a un cajón de la vitrina del salón (el cabrón se conocía mi casa de memoria) y sacó una caja de los mejores puros de mi padre. Cogió uno, lo cortó de un mordisco, lo encendió e invitándome a compartirlo, me lo dio y volvió a la vitrina, cogió dos vasos de cristal tallado y depositó en ellos dos generosas raciones de vodka eslovaco (unos 42º), pero antes de darme a mí el vaso, sonriendo y mirándome, sacó del bolsillo de su chaquetilla un frasquito y depositó en su interior unas 10-12 ...
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