1. Soy una pervertida sexual ¿y qué?


    Fecha: 30/03/2024, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Libre95, Fuente: TodoRelatos

    ... vez grabada por las mismas cámaras. Cámaras que demostrarían, con mi aspecto y tiempo transcurrido, que había mantenido relaciones sexuales más que completas.
    
    Cuando llegué a casa, solo recuerdo que me quité los zapatos de tacón y me duché. Sí, me duché sin quitarme las medias. Me las quité y las tiré al secarme. Me fui a la cama y me dormí. Al sonar el despertador y despertarme, noté un enorme dolor en el coño y vi que tenía bastante semen seco y también había una mancha de fluidos y semen en la sábana, al mismo tiempo que alguien me había afeitado mi triangulo invertido de vello ¡Me habían follado mientras dormía! ¿Con cuántos habría follado para tener ese dolor y esos restos de semen? No recordaba nada, pero en mis brumas, solo veía un gigante con una polla enorme. Como si esa bruma, escondiese uno de esos cuentos porno Hentai o Manga, de pollas de un metro o más.
    
    Me vestí, me fui al cole y pasé una mañana bastante desorientada y pensando cómo les decía a mis amigas que fuesen putas conmigo, pervertidas al máximo y a lo peor, sin ganar dinero durante un tiempo. Comimos cinco amigas en una cafetería cercana, como casi todos los días, buen menú del día, barato, nos ponían las cervezas de barril en vasos opacos y nos dejaban fumar en la terraza interior. Por la tarde ya estaba más centrada, pero el dolor del coño, sobre todo al andar rápido, ahí estaba. No dolía mucho, pero lo sentía y me molestaba no recordar, porque estaba segura que la follada de Javier no era el origen ¿o tal vez sí?
    
    Por la casa, cuando estaba sola y no hacía frío, me gustaba ir desnuda, con una camiseta larga de tirantes, o con una simple chaquetita de pijama de hilo o de seda. Hacía unas semanas, que siguiendo el consejo de mis amigas, me había comprado dos conjuntos de zapatos de delgadísimo tacón de 7 y 8 cm y bolsos a juego, uno era rojo y el otro en negro. Es decir, uno sexi (el rojo) y otro elegante (el negro) y según mis amigas, debía llevarlos el mayor tiempo posible en casa, para acostumbrarme a esas alturas y así andar con ellos por la calle como si al nacer, hubiésemos nacido juntos. Pero esa misma noche, Javier no perdió el tiempo.
    
    Poco después de las 20h, Javier llamó a mi puerta y yo iba solo con la chaqueta de pijama y los tacones negros, al reconocerle por la mirilla, le entreabrí la puerta, pero él empujó con tal fuerza que me desequilibró y fui contra la pared. Él entró y me encontró así, medio apoyada contra la pared, con las piernas separadas, sin ropa interior y la chaquetilla pasada solo con un botón.
    
    Cuando yo antes he dicho que era un neandertal, es porque era (y es) un bestia sin sentimiento alguno. Me cogió de la mano y casi arrastras, me llevó al salón y me tiró sobre el sofá. Me dijo que me quedase allí y puso dos cámaras de video a grabar, una encima de la mesa para planos cortos, y otra encima de la vitrina para acaparar la mayor parte del salón-comedor con el sofá en el centro.
    
    Al ver todo eso yo me sentía, mal, rara, tenía ...
«12...678...13»