Soy una pervertida sexual ¿y qué? - Relatos Eróticos

Soy una pervertida sexual ¿y qué?

... sus padres.

--Oh, ¡no te preocupes de eso! Ella es una buena puta por puto vicio, pronto se quedará preñada, como tú y Jessica. Sabrá saborear todos los platos que voy a ofrecerle y ella misma se tirará de cabeza a todo lo que yo le diga. Como harás tú y las amigas que te vaya indicando. No queremos que folléis por dinero, a lo mejor no os pagamos nada, sino por vicio, mucho vicio. Mis amigos y amigas son prácticamente sucios pordioseros desarrapados, profundamente viciosos y que viven casi en estercoleros. Queremos que os levantéis cada día deseando iros a follar, follar y follar en esos estercoleros, y que solo deseéis luego volver a ellos para seguir follando sobre sus mierdas, hasta convertiros en unas depravadas sin límites y en reinas del aborto, las drogas y el alcohol. Y ahora, para demostrarme que lo has entendido perfectamente, desnúdate y dame tu ropa.

Yo estaba desolada, aterrorizada y me daba perfecta cuenta que si le decía que si, me iba a convertir en una verdadera puta profesional, cosa nada difícil, dados mis profundos deseos de follar más y más y de convertirme en un objeto sexual. Y por otra parte, todos estos meses de grabaciones de mi vida, iban a implicar a muchas personas, incluyendo a mi propio padre que nada tenía que ver con esto, excepto darme una libertad que yo no me había ganado ni me merecía. Así que pensé que lo mejor que podía hacer era darle allí mismo mi ropa y ver que deparaba mi futuro. Me quité el jersey, la camiseta, el sujetador, los pantalones, los pantys, y mis braguitas. Puse toda la ropa en el armarito, lo cerré, y Javier se quedó con la llave.

Y así, totalmente desnuda y solo con las llaves del ascensor y de mi casa, crucé por el garaje a los ascensores de mi torre, cogí el ascensor y llegué a mi casa. Yo era totalmente consciente de que al menos 4 cámaras habían grabado mi desnudo paseo. Pero la cosa no terminó de esta manera. A los pocos minutos de llegar a casa, cuando estaba llorando a mares, me llamó Javier por el interfono de las viviendas, para decirme que me pusiese medias negras lo más transparentes posibles y los zapatos rojos de tacón, que eran los de más altos tacones (7 cm) que me había visto llevar ¡hasta eso se había aprendido el cabrón de las grabaciones! Me dijo que me pintase exageradamente y que volviese a bajar así y fumando un purito de los que tenía mi padre en el salón.

Me puse las largas medias negras con elástico ancho, los zapatos rojos de 7 cm, me pinté exageradamente, cogí uno de los puritos habituales de mi padre, lo encendí, y otra vez desnuda, hice el mismo recorrido a la inversa y fui nuevamente grabada. Además, la posibilidad de que a esas horas de la madrugada viniese gente de cenas, copas entre amigos y todo eso. Si unos minutos antes iba desnuda, ahora iba desnuda, fumando un purito y provocativa, al encuentro sexual con alguien, y lo curioso, es que recuerdo que tal y como iba andando hacia mi violador, me ponía más caliente, sin pudor alguno, casi ...