1. Isolda y yo, Cleo (Parte I)


    Fecha: 23/03/2024, Categorías: Lesbianas Autor: Amorclandestino, Fuente: CuentoRelatos

    ... vuelve con los botes y tubos con el medicamento, la jeringa, el algodón... Le da una imagen imponente que me atrae de un modo inexplicable, aunque paradójicamente lo pase mal con las inyecciones. Cuando está casi terminando, me pide que me siente en la camilla, ya que me tiene que inyectar un medicamento. Sabe que a veces lo paso mal con las inyecciones y es muy cuidadosa conmigo. Amaina mi temor muy cariñosamente. Me dice que si juntas vencimos la fuerte enfermedad que tuve causada por mi accidente y mi depresión, esto aún podrá menos con nosotras. Me guiña un ojo con una sincera y confiable sonrisa.
    
    Una vez me pone la inyección, me pone un algodón en el brazo que me aguanto con la mano y empiezo a sentirme mareada. Mi cabeza da vueltas, siento escalofríos y temblores que se acaban convirtiendo en sofocos y mi rostro palidece.
    
    —Ufff... Me encuentro mal...
    
    Empiezo a suspirar de dolor físico. Me silban los oídos y tengo una sensación de hormigueo en las manos y en los pies. Isolda me dice inmediatamente que me vuelva a tumbar en la cama. Acto seguido, pone una mano en mi frente y otra en mi pecho para tomarme el pulso y va rápidamente a por una pequeña toalla que moja con agua fría y me la pone en la frente, mientras me la sujeta con una mano, a la vez que me da la otra como una manera de tomarme el pulso. Empiezo a temblar y a ponerme nerviosa.
    
    —Tranquila, tranquila... —me dice, con un tono de voz suave.
    
    Acto seguido, Isolda empieza a acariciarme con cuidado el cabello y las mejillas, a la vez que sujeta la toalla en mi frente con su otra mano, que por algunos instantes me la pone en el pecho para tomarme el pulso.
    
    —Ya está... Tranquila... Respira fondo... Inspira... Espira... Inspira... Espira... —me dice unas cuantas veces con cariño.
    
    —Gracias... Gracias... Gracias... —le digo.
    
    —Te doy un vaso con agua y una Biodramina —me dice en un momento dado. Acto seguido, se dirige hacia una máquina de agua con vasos de plástico y me lo da, juntamente con la pastilla que coge de un bote.
    
    Intento levantar la mitad de mi cuerpo para sentarme en la camilla. Nada más hacerlo, todo me da vueltas, vuelvo a percibir mi vista algo borrosa y a sentir que me silban los oídos y empiezo a sentir una sensación de adormecimiento y hormigueo en mis extremidades.
    
    —Muchas gracias... —me da el vaso e intento beber. Me vuelvo a sentir mareada y por un momento casi derramo el vaso, solo me ha alcanzado tiempo para tomarme la pastilla.
    
    —Uy, te veo mal, te veo mal aún. Túmbate, túmbate, tranquila. Tú estate tranquila sobre todo.
    
    —Ufffff... Aún no puedo levantar mi cuerpo... No puedo sentarme... A la mínima me mareo... —le digo, entre sollozos de malestar físico.
    
    —De acuerdo, Cleo. Cuando te vayas encontrado mejor ya sabes.
    
    Sigue sosteniendo la pequeña toalla de agua fría en mi frente y acariciándome. Que segura me hace sentir esta mujer... Poco a poco, mi angustia y malestar se van disipando y mi rostro recuperando el color. A medida ...
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