1. Isolda y yo, Cleo (Parte I)


    Fecha: 23/03/2024, Categorías: Lesbianas Autor: Amorclandestino, Fuente: CuentoRelatos

    ... todos los aspectos, hablamos de nuestras cosas y nos decimos lo mucho que nos echamos de menos. Y que en nuestros mensajes ella siempre se despida con un «cuídate mucho» y un «te quiero», algo que tanto me enamora. Y de esa misma manera yo le correspondo. Aunque con ella está claro que no es lo mismo hablar por correo que cara a cara.
    
    Subo las escaleras. Ya con el simple hecho de pensar en ella y en que nos veremos, me empiezo a sentir un poco excitada. Voy arreglada. Llevo puesto un vestido negro largo hasta las rodillas, unas medias negras y unos botines color marrón oscuro. Llamo al timbre. El corazón me late a mil por hora. Me abre. Casi me quedo sin aire al verla. Que hermosa es... Su largo y lacio cabello negro azabache, sus ojos turquesas, su sonrisa... Su manera de vestir... Lleva puesta su bata blanca, debajo de la cual intuyo una sudadera básica negra sin capucha, unos pantalones vaqueros ligeramente ajustados y unas de sus provocativas botas altas negras de cuero, plataforma y tacón, combinándolas con el negro azabache de su cabello. Que buen porte tiene. Que mujer. Que diosa.
    
    Me recibe muy cariñosa con el inmenso y precioso verdor de sus ojos, su hermosa sonrisa y con un fuerte y cálido abrazo. Me encanta que nos abracemos, sentir la calidez de su cuerpo, la diferencia de altura entre las dos, ella mucho más alta y grande que yo físicamente, me hace sentir protegida, algo que tanto me gusta. Nos damos los dos besos en las mejillas. Sentir el roce de sus labios en mi rostro... Me dice que me ha echado mucho de menos. Me ruborizo y mis ojos se iluminan y se empañan. Contengo mis lágrimas de emoción.
    
    Entramos, ella me lleva hacia la habitación. Mientras vamos para allí, me coge de la cintura con su brazo. Ese gesto me hace sentir muy segura. Una vez allí, hablamos de cómo me encuentro y de mis revisiones y consultas. Amo oír su tierna y cálida voz, gruesa pero a la vez suave. Me transmite mucha paz. Su mirada. Sus ojos, turquesas como el océano. Su cabello, negro como la oscura noche. Su piel, blanca como la hermosa luna llena. Su hermosa sonrisa llena de vida, que la puedo imaginar mientras contemplo la luna en sus fases de cuarto creciente o menguante. Es tan perfecta... Me sonrojo mucho. Me pide que me tumbe de espaldas y que me debo quitar el vestido y desabrochar el sujetador. Me tiene que masajear y mirar bien la espalda, los hombros y las costillas para ver cómo estoy. Me tumbo y me quedo con las medias de cintura para abajo y el sujetador desabrochado para arriba. Me masajea la espalda, los hombros y las costillas, va escribiendo los resultados y me pregunta si me duele o no.
    
    En un momento dado, debe ir a buscar varios utensilios porque al terminar tiene que administrarme una dosis de un medicamento vía intramuscular. Verla caminando de espaldas, su cabello, sus discretamente anchas caderas, sus fornidas piernas, sus botas... hace que me sonroje, mis latidos se aceleren y sienta ese dulce calor en mi cuerpo. Ella ...
«1...345...9»