1. No sombras de gris, sino mas negro que la noche.


    Fecha: 19/03/2024, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Sandra Rosalia, Fuente: TodoRelatos

    ... con un dedo tragándolos; a la vez que la ex sirvienta volteaba a ver hacia la cámara, sonriendo y saludando, con un letrero que decía:
    
    “Varias copias ya fueron enviadas a tus amistades y a tu trabajo”
    
    Eso fue una mentira…jamás lo hicieron…principalmente por no comprometer a la esposa, pero Ponciano, después de aquello, anduvo como rata en quemazón del miedo durante un buen tiempo.
    
    Las fotos y videos sorprendentemente incluían a una vecina quien vivía a tres casas de la suya, quien tambien era fiel asistente a la iglesia y sumisa en ocasiones del amo Ponciano. Esta dama, tambien fue lo que salvo al amo Ponciano de ser “quemado” ante la opinión pública, ya que la sirvienta y su patrona, no quisieron exponer a la señora en cuestión.
    
    …
    
    Alguna vez, yo conocí a la extraordinaria y culona doña Sara, ahora ex esposa de don Ponciano; quien fue conmigo junto con la ex sirvienta, una sensual joven como de treinta años, llevándome aquellos increíbles videos y contándome la excitante historia entre sonrisas y picaras miradas de ellas hacia mí; capaces de derretir y satisfacer a los más exigentes adeptos al sadomasoquismo y a la bisexualidad.
    
    Tenían en su poder, un amplio catálogo con fotos de extraordinarios sementales que fungían como amos y tambien como sumisos; junto con fotos de jovencitos homosexuales de apariencia feminoide, quienes actuaban como bellas mujercitas sumisas, amén de damas dominantes de diversa envergadura y otras como esclavas sexuales quienes tenían gusto por ambos sexos.
    
    Me dijeron que, entre la sirvienta y ella, ya existía una comunicación acerca de las actividades del amo Ponciano desde cierto tiempo atrás y que la sirvienta había logrado convencerla de guardar silencio por cierto tiempo; esperando el momento para actuar y saborear el sádico placer de la venganza contra el hipócrita de Ponciano.
    
    La sirvienta había sido un gran apoyo para que doña Sara abandonara los tranquilizantes, iniciándola primeramente en los placeres lésbicos en su recamara cuando don Ponciano no estaba en casa y luego en el sadomasoquismo, para finalizar con el sexo compartido con otros hombres; preparándola para su aventura en esta vida, alejada para siempre del ventajoso oso pardo.
    
    ¡Ah! y tambien la vecina que en ocasiones iba con don Ponciano como sumisa, se encontraba aquella tarde con nosotras. 
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