1. No sombras de gris, sino mas negro que la noche.


    Fecha: 19/03/2024, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Sandra Rosalia, Fuente: TodoRelatos

    La mujer se encontraba a gatas atada de manos y pies; los fuetazos siseaban como mil víboras enfurecidas, estrellándose contra las paradas nalgas de la sirvienta marcándolas con minúsculas gotitas de sangre brotando de su bella piel.
    
    Ella se contorsionaba con cada flagelazo; a la vez que se escuchaban unos sofocados gritos debido a la mordaza de pelota de hule que llevaba dentro de su boca, sujeta con una correa circundando sus mejillas y atada a su nuca.
    
    El hombre obeso, llevaba una playera negra con una leyenda enfrente: “El amo Ponciano” y sostenía en una de sus manos, un palo corto de látex negro con varios mechones de cuero como fuete, sosteniendo a la joven de sus largos cabellos dándole sobre sus enrojecidas nalgas.
    
    Ella trabajaba como sirvienta en aquella casa, en donde el hombre, era un oscuro sádico que vivía con una esposa tradicional, con dos hijos en común estudiando fuera del país.
    
    La casa tenía un amplio sótano al cual la esposa jamás entraba porque el hombre le tenía estrictamente prohibido bajar, diciendo que era su oficina y que “ella no tenía nada a que entrar ahí” en donde se encontraba una computadora personal guardando miles de fotos y videos pornográficos, especialmente de sadomasoquismo; anunciándose el hombre, en páginas swingers como “el amo Ponciano”.
    
    Todo el sótano, se encontraba tétricamente oscuro bajo gruesas cortinas de color negro.
    
    Tambien el hombre guardaba secretamente en el sótano, una amplia gama de implementos de tortura para colgar a mujeres sumisas que se prestaban a este tipo de juego sexual y que, en este caso, lo era aquella joven sirvienta a quien gustaba vestirla con calzones negros trasparentes y portaligas igualmente negro, sosteniendo medias del mismo color.
    
    Contaba con varias herramientas eróticas de tormento, así como capuchas de verdugo de color negro con cruces rojas estampadas en la frente de la máscara.
    
    La sirvienta se agitaba ante los latigazos, mientras las lágrimas de ella corrían por sus mejillas ante el dolor cuando se hacía insoportable; a la vez que el hombre, de azote en azote, le preguntaba retirándole la pelota de goma de su boca:
    
    - Dime puta: ¿Quién es tu amo?
    
    Respondiendo ella entre sollozos:
    
    - Tu mi rey…
    
    Aparte de las labores diarias de la casa, el amo Ponciano, cuando andaba de antojo, le hacía una seña convenida a ella para que se vieran a las doce de la noche, cuando la esposa se encontraba profundamente dormida bajo los efectos de los tranquilizantes, ya que la joven vivía en casa de ellos.
    
    A este hombre obeso y peludo como un oso pardo, le encantaba latiguearla en varias partes, incluyendo espalda y muslos; incrementando cada vez más, la intensidad de su tortura para luego poseerla frenéticamente por vagina y trasero, empleando aparte de su propio falo, instrumentos de diverso grosor.
    
    Le encantaba arrojarle sus gotas de semen en la cara a ella; quien, con la boca abierta cachaba algunas con su lengua o bien, depositarlas muy profundo ...
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