1. No sombras de gris, sino mas negro que la noche.


    Fecha: 19/03/2024, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Sandra Rosalia, Fuente: TodoRelatos

    ... sobre todo la paga extra que el amo Ponciano le daba a la joven por prestarse a los juegos sadomasoquistas y que le permitían vivir con algunos lujos.
    
    Sus compañeros de clases notaban a veces las marcas sobre sus esbeltos brazos e incluso, algunas mujeres le llegaron a ver los azotes sobre sus muslos estando en los sanitarios; preocupando a algunos de estos compañeros y principalmente a un joven que la pretendía.
    
    Existían en el cráneo de la joven, algunas pequeñas áreas de calvicie ya que el hombre, en medio de una calentura incontrolable, le arrancaba trozos de cabello, que la fueron orillando a tomar la decisión de finalmente abandonar aquel trabajo sadomasoquista disfrazado de trabajo de mucama, a pesar de la buena paga que recibía.
    
    En últimas fechas, el hombre ya no quería permitirle a ella sus días de asueto y dándole más dinero, la dejaba encerrada los domingos con los libros y la computadora de ella para que estudiara en el sótano y luego, ir el amo Ponciano en las noches, a regocijarse dándole de azotes y cogérsela.
    
    Además, el oso pardo sufría de tremendos celos ya que sabía que el atractivo de ella tenía cautivados a varios jóvenes y temía la pudieran arrebatar de su lado.
    
    En cierta ocasión y debido a estos celos principalmente, el hombre la dejo encerrada durante tres días con suficiente agua y comida mientras este salía de la ciudad a trabajar.
    
    Esa ocasión, ella sufrió un ataque de claustrofobia y pánico, pero sus gritos nunca fueron escuchados por la esposa quien vivía drogada y dormida; además, el sótano era a prueba de ruido.
    
    A su regreso, una indignada sirvienta abofeteo al amo Ponciano y tomó sus cosas para irse de la casa, mientras que el oso pardo se convertía en un cachorrito suplicando que no lo abandonara en un raro psicológico switch sadomasoquista; convirtiéndose la dulce sumisa en la parte dominante.
    
    El juego sadomasoquista se encontraba escalando proporciones alarmantes y ella ya no lo disfrutaba como antes.
    
    Debido a su gran narcisismo, el hombre alardeaba constantemente acerca de su bella sumisa y así fue como el oso invitó a cierto compadre junto con otros amigos a disfrutar de las mieles del sadomasoquismo con su sumisa; batiéndola en esa ocasión toda de semen por sus agujeros naturales, previos cintarazos y hasta el empleo de tablas gruesas contra sus preciosas nalgas y otras partes de su cuerpo que eran más dolorosas y dándole al final, una buena cantidad de dinero.
    
    Cierto día, ella desapareció del hogar ante la desesperación del amo Ponciano quien jamás volvió a saber de ella.
    
    El amo Ponciano, continuó con sus actividades contratando mujeres que, por cierta cantidad, se dejaban azotar, pero nada igual a como lo llevaba a cabo con su antigua y dócil sumisa como pocas.
    
    A pesar de considerar el amo Ponciano a la sirvienta como una miserable puta, dolorosamente tuvo que reconocer que se había enamorado de ella.
    
    Mientras tanto, con su esposa, el amo Ponciano continuaba llevando una ...
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