1. Las refugiadas - Castigo en el parque


    Fecha: 25/02/2024, Categorías: Dominación / BDSM Autor: JBWriter, Fuente: TodoRelatos

    ... orden.
    
    —¿Me ha vendido a ella? —preguntó preocupada Olha.
    
    —No. Solo te dejo. Dos horas a la semana. Así ambas aprenderéis mutuamente bajo mi guía. Aunque el tratamiento se lo darás siempre. Incluso cuando dejes de ser aspirante a sumisa mía y pases a serlo, ya que desde ahora ella es mi pupila. —Se giró hacia Susana—. A partir de ahora ya me puedes llamar Maestro.
    
    —Sí, Maestro.
    
    —Bien. Puesto que ya está todo claro ponte las sandalias y vamos. Regresamos al coche.
    
    Olha se metió en la trastienda.
    
    —¿Has aparcado cerca? —preguntó María Eugenia.
    
    —En el centro comercial.
    
    —¿Y la vas a hacer caminar desnuda hasta allí?
    
    —Su ropa está húmeda porque alguien ha orinado sobre ellas sin tomar la precaución de decirle que se la quitase. —Pedro se encogió de hombros—. Y ella no lo pidió. No pensé que ninguna de las dos fuera a ser tan guarra y no quiero que me manche el coche.
    
    »Por cierto. —Pedro se quitó su propia mochila y buscó en ella—. Hablando de ropa, toma. —Le entregó una minifalda a Susana—. Con el agradecimiento de Anastasia.
    
    Susana la guardó antes de ver como su madre y Olha salían de la trastienda. La segunda vestía una camiseta larga, casi le llegaba como un vestido corto, aunque si se agachaba dejaría ver el culo, con el logo de la sex shop.
    
    —Bien si ya estas vamos.
    
    —Si señor. Hummm…
    
    —¿Sí?
    
    —Señor, ¿puede avisar a Svetlana que el domingo no podremos ir al cine? Es que ya habíamos quedado.
    
    —Bueno. Haremos algo mejor. Pediré un Cabify que la recoja y después que pase por ti para llevaros a su casa. —Se giró hacia Susana—. Así conocerás a mi otra esclava. Pero con ella nada. Como mucho la puedes usar de cámara. Quiero decir que te ayude con la grabación. Pero ella solo puede mirar, sin participar.
    
    —Si las chicas han quedado, podríamos quedar en otro momento. A mí tampoco me has preguntado si tenía planes.
    
    —Eso es porque no me importa una mierda. En el tiempo fijado… y tanto con ellas como por lo que he hablado contigo es 24/7, salvo en tu caso el tiempo de trabajo en la tienda y ellas las clases, cuando las tengan, en el instituto. El tiempo del esclavo no existe es del señor, en este caso yo, para decidir sobre ello. Y lo mismo el de las aprendices. Me da igual si tenías otros planes. Si no es trabajo lo cambias.
    
    —Sí, Maestro. Pero me sabe mal que la primera vez que esté con ella sea fastidiándole una película.
    
    —No, Ama. No tiene por qué saberle mal. A fin de cuentas no íbamos a ver la película. Solo a meternos mano y calentar a unos cuantos niñatos.
    
    Pedro se echó a reír.
    
    —Hablaremos antes del domingo, pequeña pupila.
    
    Ya salían cuando Maria Eugenia se acercó a Pedro.
    
    —Por favor no hagas nada con ella —le dijo al oído—. No estoy segura pero por gestos y carácter… creo que es tu hija.
    
    —Tranquila. Aunque me la folle usaremos protección.
    
    No dio tiempo a responder a María Eugenia. Salieron de la tienda camino del coche. 
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