1. Las refugiadas - Castigo en el parque


    Fecha: 25/02/2024, Categorías: Dominación / BDSM Autor: JBWriter, Fuente: TodoRelatos

    ... kilos para su metro sesenta y siete, en el que lo que más destacaba era sus enormes tetas de talla 90D, cintura estrecha, aunque sin llegar a la exageración de Anastasia y caderas casi tan amplias como sus pechos. Pedro recordó los días que follaban como conejos. Su falda corta, unos cinco centímetros por encima de la rodilla y el sujetador de encaje que se veía bajo la blusa negra de trasparencias la hacían bastante apetecible. Pedro se tuvo que recordar a sí mismo por qué había ido a aquel lugar.
    
    —Tú fuiste el guionista. Yo solo puse los medios técnicos. ¡Y ya veo como me lo agradeces! Seduciendo a mi hija, que por edad podría ser la tuya. —Le guiñó el ojo.
    
    —¿Importa mucho eso? —replicó Pedro—. Sé ya que no nació dos años después de separarnos sino seis meses. Podía habérmela ligado en cualquier discoteca y habérmela follado pensando que solo podía ser hija de Juan Ángel o Jose Luis.
    
    —No. También puede ser tuya o del que se fue quince días antes.
    
    —¿Sí? —preguntó Pedro—. ¿Has tenido noticias de Pablo?
    
    —Ya te dije que era su día libre.
    
    —No me refiero a tu dependiente, sino a Pablo Fernández.
    
    —¡Ah! Ese. No solo sigo en contacto con los demás. Él se fue con Mireia. Ella lo quitó de la comuna. Y fue el principio del fin.
    
    »Se fueron ellos, te fuiste tú… Me fui yo y después José Luis.
    
    —Y Juan Ángel y las dos chicas se fueron a Cuenca.
    
    —Él heredó un hostal de mala muerte en al campo solo visitado por cazadores. ¿Creo que hace poco has tenido contacto con él y conocido a su hija?
    
    —Sí. De eso te quería hablar. Me gustó mucho la escena de la ducha de Anastasia. ¿Podrías grabar a otra amiga mía mientras se ducha? ¡Por cierto! ¿Tienes otra entrada?
    
    —¿Has traído una menor a mi local y pretendes que la grabe?
    
    —Sí.
    
    —Eres un carbón. Será mejor que entre por detrás.
    
    Se encaminaron los dos a la trastienda y María Eugenia abrió la puerta de suministros. Pedro llamó a Olha y esta entró. Tras cerrar la puerta las presentó.
    
    —Esta es Maria Eugenia, una buena amiga mía y dueña de este tugurio. Y ella es Olha. Hija de una pretendiente a sumisa mía, hermana de cuadra de Anastasia antes de llegar a mí. —Maria Eugenia se acercó y le proporcionó un morreo a modo de saludo. Olha abrió os labios y empezó con ella un combate de lenguas—. Por cierto también quiere ser sumisa mía, pero te recuerdo que podría ser tu hija… y virgen.
    
    —Vistes como una puta y estás toda sudada —le echó en cara Maria Eugenia al separarse.
    
    —Gracias. Es como le gustaba a mi padre… y como me ha ordenado Pedro.
    
    »Me ha tenido un buen rato haciendo ejercicio en el jardín del rio.
    
    —Bien ven aquí y arrodíllate. —La llevó hasta la ducha—. Ya está grabando. —se giró hacia Pedro y luego se volvió hacia Olha mientras se arremangaba la falda. No llevaba bragas—. Abre la boca, tendrás sed.
    
    —No —discrepó Pedro—. Cierra la boca. Recuerda que ya has bebido tu medio litro de hoy. —Maria Eugenia se giró hacia Pedro mirándola furiosa—. Puedes orinar sobre ...
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