1. Las refugiadas - Castigo en el parque


    Fecha: 25/02/2024, Categorías: Dominación / BDSM Autor: JBWriter, Fuente: TodoRelatos

    ... top.
    
    Pedro estuvo recorriendo los caminos cerca de dos horas. En las cuales Olha acabó completamente sudada, tanto por el ejercicio como por el calor que hacía. En eso momento Pedro compró dos botellines de agua fresca y se acercó a un banco a la sombra a tres metros de la zona dónde el camino seguía siendo de tierra y grava. Aunque había algo de público. La mayoría eran deportista que pasaban corriendo de un lado a otro.
    
    —Bueno yo ahora descanso —dijo Pedro por teléfono—. Tú te acercas al otro banco, el que está al sol. Deja la mochila con tu ropa, la falda y el top. Encima, como para que se sequen, y el botellín de medio litro fuera dónde le dé el sol. Luego te alejas al camino de graba y repites las carreras, dándome el perfil, y las volteretas mirándome. Hasta que me levante. Entonces podrás beber el agua de hoy.
    
    En esas dos horas habían ido adelante y atrás. Estaban a solo quince minutos andando del coche. Pedro contempló como Olha hacia pequeñas carreras por la graba y lo combinaba con ciclos de volteretas. Algunos de los corredores se paraban a mirarla, ya que estaba corriendo y haciendo los ejercicios desnuda. Pedro había colgado la llamada. Estuvo grabándola durante casi una hora más, hasta que el móvil empezó a dar avisos de memoria llena. Se levantó. Siguió mirándola, pero levantarse era la señal. Olha dejó de hacer ejercicio y se dirigió hacia sus ropas y su mochila. Pedro la llamó. Ella descolgó la llamada.
    
    —¿Qué desea el señor?
    
    —Ponte la falda pero no el top. Llévalo en la mano. Tampoco bebas, coge la botella y sígueme.
    
    Se puso las gafas al revés y echó a andar. Bordeó las pistas deportivas y se acercó al pretil del río.
    
    —Ponte el top ahora. Nos juntamos arriba.
    
    Una vez arriba cruzaron la calle juntos y se acercaron a un cruce en el que había una sex shop. Pedro indicó a Olha que podía beber el agua. Estaba caliente, pero la sed acumulada de casi tres horas de ejercicio hizo que no le importase. Después Pedro le indicó que esperase delante de la puerta del patio que estaba justo en medio de la sex shop.
    
    Él entró. Miró al mostrador pero solo estaba la joven gótica.
    
    —Hola Susana.
    
    —¡Vaya! ¡Sí te acuerdas de mi nombre y todo! —Salió del mostrador—. ¿Pedro, verdad? Encantada de volverte a ver.
    
    Se acercó a él y lo besó en los labios presionando con la lengua para darle un profundo morreo si se dejaba. Pedro abrió la boca y se dejó. Estuvieron dos largos minutos morreándose.
    
    —¡Ejem!
    
    Se separaron.
    
    —Lo raro no es que yo me acuerde de tu nombre —replicó Pedro—. Lo raro es que tú te acuerdes del mío. —Se separó de Susana y se acercó a la mujer mayor que los había interrumpido—. Hola Maria Eugenia. —Le dio un beso en la boca que no pasó de un pico pues ella no se dejó más—. Quería agradecerte el vídeo de Anastasia. Quedó muy bien.
    
    La contempló de arriba abajo. Había mejorado con el tiempo. Iba teñida de rubia, bastante maquillada y con los labios rojos intensos. Estaba delgada, apenas llegaba a 50 ...
«1234...7»