1. Las refugiadas - Castigo en el parque


    Fecha: 25/02/2024, Categorías: Dominación / BDSM Autor: JBWriter, Fuente: TodoRelatos

    ... es el domingo por la tarde.
    
    —Bien. El domingo por la tarde en tu casa. Envíame la dirección y se la envió a Olha.
    
    »En cuanto a ti —se giró hacia Susana—. La primera condición es que no le puedes causar dolor.
    
    —¿Ni un poquito?
    
    —Nada. Por ahora. Ni golpes, ni pellizcos, ni pinchazos, ni nada que se le parezca. Ni siquiera la puedes atar con esposas o cuerdas que puedan lacerar sus muñecas o tobillos. Solo muñequeras de cuero acolchada o camisas de fuerza para inmovilizarla.
    
    —De esas no tengo. Muñequeras y tobilleras sí.
    
    —Pues te deberá bastar con ello.
    
    »En la primera está incluido que no la puedes penetrar ni en el coño ni en el culo con ningún objeto o tu mano. Es virgen de ambos agujeros.
    
    »La segunda condición es que no se puede correr. Hagas lo que hagas con ella. La puedes llevar al límite, pero no tiene que llegar a correrse. Puedes prohibírselo, naturalmente. Pero si falla y se corre ella será castigada… y tú también.
    
    —¿Qué?
    
    —Sí. Si se corre es porque has fallado. La has estimulado demasiado. No puedes prohibirle que se corra y estimularla hasta que lo haga, eso solo alimenta su frustración como sumisa. Tienes que ver los síntomas y parar tú antes de dejar que ella llegué. Y si no lo haces será un fallo tuyo, aunque a ella también la castigue. Incluso antes que a ti. Tus fallos los iré anotando para cuando empieces el pago.
    
    —Vale. ¿Y la tercera?
    
    —La tercera es que lo grabarás todo en vídeo. —Pedro sacó su móvil y trasteó sobre la pantalla. Al poco el móvil de Susana sonó varias veces—. Te he enviado tres mensajes: la dirección de mi nube personal , el usuario y contraseña que te he hecho. Escríbelo cada vez no lo memorices en el ordenador.
    
    —¿Quieres que me grabe teniendo sexo con una menor y que luego lo suba a una nube de internet que vete a saber dónde está? —Susana encendió el móvil y miró el mensaje—. ¿Tú piensas que estoy loca?
    
    —No. Esa nube está en mi casa. Es un ordenador especial que tengo allí.
    
    —¿Y qué coño es .onion? ese dominio no existe.
    
    —Sí. Sí existe. Pero solo es accesible si usar TOR. Si no conoces que es Olha te lo instalará después de la sesión.
    
    —¿Esperas que no memorice y que teclee cada vez «Puta_Susana» como usuario y «Sumisa_Susana» como contraseña? ¿En serio?
    
    —Sí. Y más te vale hacerlo. Si descubro que las memorizas en el navegador te hackearé el ordenador y hará públicas todas tus contraseñas y secretos. —Tecleó en el móvil y al poco se le refrescó con «Mensaje eliminado» en los dos últimos.
    
    Susana soltó un bufido. En ese momento Olha, completamente desnuda salió por la puerta de la trastienda.
    
    —Hola. Ya me he duchado, señor.
    
    —Está buena —dijo Susana a modo de saludo—, eso he de reconocerlo.
    
    —Me alegro de haber acertado con tus gustos. Olha, el domingo a las cinco tendrás que ir a casa de María Eugenia. Allí le pagaras la que le debes de hoy haciendo de retrete suyo y luego estarás dos horas a disposición de Susana a la que llamaras Ama hasta nueva ...
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