1. Final de suprema sumisión


    Fecha: 11/02/2024, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Anejo, Fuente: TodoRelatos

    ... ahorrarse apretar los nudos hasta cortarle la circulación, estirar sus articulaciones hasta casi dislocarlas y sobarla a placer una vez la tuvieron inmovilizada.
    
    - No has querido ser la verdugo que necesitaba y ahora serás la víctima - anunció Susan Rutherford entrando en la celda con un látigo en las manos.
    
    - ¡Bruja! ¡Puta maldita! ¡Desátame y verás lo que hago contigo y con tu látigo! - gritó amenazadora Rosita, aunque no podía apenas hablar con la tensión a la que estaba sometida.
    
    - Perfecto - dijo Susan, acercándose a acariciar los pechos indefensos, pellizcando con suavidad ambos pezones para conseguir que se atiesaran - Les he prometido a los huéspedes un espectáculo salvaje - Luego dio algunas órdenes a sus secuaces que salieron a cumplirlas.
    
    - La muchachita se salvó del látigo gracias a ti, pero ahora verá cómo te lo hacemos pagar, zorrita - Y diciendo esto, introdujo el mango del látigo entre los muslos ligeramente entreabiertos de Rosita y la acarició concienzudamente. Luego comprobó si el mango se había humedecido - Eres una frígida - sentenció al palpar la sequedad del cuero - Pero no importa, tengo grasa de vaca para untar bien esa vagina que mis clientes querrán probar. Pero antes...
    
    La puerta se abrió y dos muchachas desnudas fueron empujadas al interior. Una de ellas era la joven bostoniana que pidió ayuda a Rosita. La otra era una pelirroja voluptuosa que parecía drogada e indiferente a todo. Tras ellas, dos individuos de aspecto señorial pero torva mirada, entraron al escenario del suplicio.
    
    Susan realizó las presentaciones en inglés e hizo restallar el látigo como una domadora de circo. Las dos recién llegadas se precipitaron en dirección a las entrepiernas masculinas, arrodilladas, extrajeron los miembros y empezaron a chuparlos como si en ello les fuera la vida, y quizás no iban desencaminadas.
    
    - Los señores prefieren tener una buena limpieza de verga y vaciar su leche en las boquitas de estas putillas - explicó Susan a Rosita - Luego te azotarán ellos mismos. Mejor dicho, se turnarán para azotarte y follarte. Nos vamos a divertir.
    
    En ese momento,
    
    Pero no. Una mujer delgada muy abrigada bajó del carruaje, seguida de otra menuda y una tercera enorme. Entraron con rapidez al hall del balneario y Leonor las perdió de vista. Algo de familiar en aquellas nuevas huéspedes la entretuvo unos instantes pensativa, mirando llover. Luego se derrumbó en el catre con un temblor en todo el cuerpo. Sentía una inquietud profunda, tenebrosa. Rosita estaba sufriendo sin duda y ella no podía ayudarla.
    
    Se adormiló un poco por la misma fatiga y un leve golpear de nudillos la despertó. Una voz de mujer le hablaba en inglés, le preguntaba algo. Sólo entendió la palabra Boston.
    
    - ¡Socorro!¡Ayúdeme, me han encerrado! - gritó.
    
    Hubo un rumor de sorpresa al otro lado de la puerta. Luego un golpe seco, una patada y la puerta se abrió.
    
    Leonor pensó que deliraba. Los grandes ojos azules de Megan la contemplaban con un ...
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