1. Final de suprema sumisión


    Fecha: 11/02/2024, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Anejo, Fuente: TodoRelatos

    ... sus mejor o peor conservados coños con mermelada de arándanos y en obligar a Ricardo, de rodillas ante ellas, a limpiar con su lengua aquellas sensibles zonas de sus cuerpos, sin dejar de castigar su ya enrojecido culo durante la hora larga que duró la operación.
    
    Leonor estaba desesperada. La habían encerrado en una habitación del segundo piso. Era un cuarto pequeño e incómodo, con un catre desvencijado y rejas en el ventanuco. Una celda mal disimulada, donde había dado con sus huesos después de exigir a gritos que la llevaran al lado de Rosita. Ésta llevaba dos días desaparecida. Se había explicado su ausencia por un supuesto viaje a New York, invitada por unos millonarios que se habían hecho muy amigos de la joven mulata. Este cuento chino había convencido sorprendentemente con facilidad a Roberto y Ricardo. Incluso Esther se lo había tragado sin mucha resistencia. Leonor no daba crédito. Aunque lo cierto era que sus amigos estaban desconocidos durante los últimos días. Parecían flotar en una nube de felicidad, una nube artificial, empezaba a sospechar. Leonor observó que todos se habían vuelto extrañamente aficionados a los variados potingues que Rutherford ofrecía a sus huéspedes y que ella había rechazado sistemáticamente. A fin de cuentas, ella no necesitaba estímulos para follar a toda hora y en cualquier lugar. Pero, contra lo que era habitual, Ricardo y Roberto no le daban tregua al tema del fornicio, o eso pensaba ella. En cuanto a Esther, era cierto que mejoraba de su parálisis, pero la inteligencia de su mirada se había ido diluyendo con el paso de los días y tenía esos ojos de cordera degollada que Leonor conocía tan bien: Era el rostro de la hembra follada hasta decir basta.
    
    Y después de una bronca importante, a solas con Susan, dos sirvientes la habían encerrado allí sin más explicaciones. Rosita no estaba con ella, cualquier cosa le podía estar pasando. Seguro que en la cena, el director enviaría a Leonor a otro viaje figurado, y sus amigos se tragarían el embuste sin pestañear.
    
    Pasó una tarde terrible, agitada y nerviosa, sudando de miedo por lo que les esperaba en aquel balneario que ya no le parecía tan divertido.
    
    Y menos le estaba resultando a Rosita. Después de treinta y seis horas aislada, tomando sólo agua de un cántaro y privada de su morfina anhelada, la joven estaba subiéndose literalmente por las paredes. Y digo literalmente, porque Rosita se había enfilado por unas grietas para intentar arrancar unas rejas y escapar por el ventanuco. Pero estaba completamente desnuda y no tenía con qué escarbar en el gastado mortero excepto sus uñas. De esta guisa la sorprendieron los servidores que venían a buscarla. Rosita saltó sobre ellos desde su pequeña elevación, los sorprendió en un primer momento, pero pronto su debilidad le impidió luchar como era habitual en ella y terminó reducida y arrastrada hasta una celda.
    
    Los malandrines la tumbaron sobre una alargada mesa o tablero y la ataron de pies y manos, sin ...
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