Una Aventura diferente - Relatos Eróticos

Una Aventura diferente

... apartamento. Fue una pasada e increíble, sentir aquella sensación de excitación y morbosidad, presenciando toda esa humillación y denigración hacía mi vecina y sus amigas. Cuando el ascensor se detuvo, pude escuchar los tanto las ordenes de las diferentes Amas como los ladridos de sus perras, cuyas voces me produjeron otra erección, poniéndome muy cachondo nuevamente.

La fiesta continuaba como antes, sólo que había una diferencia para ellas. Antes habían sido unas invitadas más en la fiesta, tratándolas muy bien y educadamente como asistentes neutrales, pero ahora asistían como esclavas y perras de sus Amas Negras, por lo que su trato iba a ser denigrante y humillante, delante del resto de los invitados, asistentes ya fuesen dominantes o sumisos. Y es que es muy diferente asistir como invitadas, que asistir como esclavas y perras. De esa manera, no supe nada de lo que le había ocurrido a mi vecina o a sus amigas, pero ellas mismas se habían metido en la boca del lobo.

Por un momento, pensé que mi vecina con sus amigas, se habían ido a una fiesta de amigos, o que habían salido por ahí como cualquier sábado, pero quizás a la vuelta a casa, vieron esa fiesta, decidiendo entrar en ella para ver cómo era. Quizás, es una fiesta donde hay personas como ellas, es decir Amas dominantes que practican el BDSM, o quizás las personas que se habían mudado al bloque tienen amistades que les gusta el BDSM, y sin saberlo se metieron en ella, siendo seducidas sexualmente hasta perder el control de sí mismas. Al pensar en todos esos razonamientos me estaba excitando, provocándome, una nueva erección, pero había que limpiarlo todo, por lo que fui a por varios papeles de cocina para limpiar toda mi corrida del suelo y de la puerta de mi apartamento. Mientras tanto el ascensor llegó a la planta de la fiesta, saliendo por la puerta las cuatro Amas seguidas de sus esclavas y perras blancas. El segurata se rio al ver a las chicas que antes había dejado entrar como invitadas muy bellas y atractivas, y ahora al verlas totalmente desnudas de rodillas caminando a cuatro patas como unas putas perras asquerosas, se río mucho de verlas tan humilladas, ya que cuando entraban muchas de ellas, le miraron de forma altiva.

–¡Ja, ja, ja! –rio Alberto.

–Esto sí, que no me lo esperaba, de ningún modo. –dijo Alberto.

–Mira que verlas como unas putas sumisas, siendo lo bellas que las vi antes como invitadas. –dijo Alberto.

–La verdad que me arrepiento de haberos invitados, si ibais a acabar así de esta forma, aunque fueseis bordes conmigo –dijo Alberto.

–¡Anda, cállate y no molestes Alberto! –dijo Ama Vanesa.

–¡Déjanos pasar para presentar a nuestras esclavas y perras blancas! –dijo Ama Venus.

–¡Tranquilas, las señoras! –dijo Alberto.

–Además, no podéis entrar con perros a la fiesta, no se admiten la entrada de mascotas no registradas. –dijo Alberto.

–No están en la lista de esclavas y perras para asistir. –respondió Alberto.

–Pero nosotras si lo ...