El repetidor, yo y mi madre (14) - Relatos Eróticos

El repetidor, yo y mi madre (14)

... Salimos del parking con las ventanillas bajadas. Yo no levantaba la cabeza de la alfombrilla, no quería saber que ocurría fuera.

-Cariño, te va a explotar la cosita ¿Por qué no te la tocas un poco?- me dijo Isa

Yo, sabiendo que era una orden, obedecí y la saqué del tanga. Con mucha vergüenza empecé a masturbarme con suavidad.

-Tu mami también parece muy cachonda ¿No crees?-

-Sí, parece- dije

-La pobre no puede tocarse mientras conduce. Se un buen hijo y échale una mano-

Yo dudé pero mi madre separó las piernas dejando claro que estaba más que dispuesta. Lleve mi mano a su coño para descubrirlo empapado, en cuanto la rocé gimió de gusto y se inclinó más en el asiento para dejarme aún mejor acceso.

Tenía que soltar mi polla a ratos para no correrme y darme con mucha suavidad. Y mi madre habia empezado a manchar el asiento del coche entre gemidos y los chapoteos de mi mano en su coño. No sé si alguien llegó a vernos, supongo que sí, pero en ese momento no me importaba, solo me concentraba en no correrme y dar placer a mi madre, hasta que llegamos al garaje del edificio.

-Por las escaleras- nos dijo Isa

Subimos tratando de no hacer ruido, pasamos el portal y la primera planta. Al llegar a la segunda Isa nos hizo detener.

-¿Cuanto deseas correrte?- le preguntó a mi madre

-Mucho, señora-

-¿Mucho eh? Pues adelante, no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy. Tócate aquí-

Mi madre asintió y empezó a tocarse apoyada en la pared del rellano, justo en el centro. No sé cómo era capaz de cumplir cada orden sin dudar, yo era totalmente presa del pánico, en cualquier momento podía salir un vecino y vernos, en nuestro propio edificio¿Qué pensarían?¿Qué dirían?¿Cómo haríamos para poder cruzarnos de nuevo con ellos?

-Apoyate en esa puerta- Le dijo Isa

Como un autómata, mi madre fue a la puerta de la derecha y se apoyó en ella para seguir masturbándose.

-¿Tú no quieres correrte?- me preguntó Isa

¿Quería? Claro que sí ¿Tanto como para hacerlo allí? Qué diablos, si salía un vecino ¿Qué diferencia habría?

Asentí.

-Pues a la otra puerta-

Me puse en la puerta de la izquierda y saqué mi polla por el lado del tanga.

-Quiero que cuando os corráis lo hagáis en los pomos de la puerta, un pequeño regalo para vuestros vecinos-

Pese a empezar más tarde que mi madre, yo fui el primero en dejar mi regalo en la puerta, mi madre me siguió un par de minutos después. Mientras Isa nos miraba con una enorme sonrisa.

-Muy bien. Las zorras del edificio marcando su territorio. Ya podemos subir-

Entramos a casa, Isa me pidió que llevase algo para beber y fue para el salón con mi madre. La cara de superioridad y confianza se le había ido. Ahora reflejaba dudas e incluso miedo. Había sacado el arnés de la caja y lo sujetaba en la mano con el consolador más pequeño (de unos diez centímetros de largo y no más ancho que tres dedos).

-¿Me dolerá mucho?-

-Lo haré con suavidad y mucho cariño- le respondió mi madre ...