1. Noche Buena, no, Mejor.


    Fecha: 31/01/2024, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Anejo, Fuente: TodoRelatos

    ... ¿Mucho mejor, verdad?
    
    - ¡Caramba! Está usted muy conservado... Quiero decir...
    
    - No me lo diga a mí. Dígaselo a ella...
    
    - ¿A ella? Ah, entiendo. Espera que hable con su instrumento. ¿ Es así?
    
    - Pensaba que era usted quien más lo estaba deseando.
    
    - ¿Yo?
    
    - Bien, quizás no como acto, pero si en potencia, como diría Aristóteles.
    
    - Diga lo que diga ese Aristóteles, lo que cuenta es si tiene usted potencia para hacer el acto.
    
    - ¡Es usted muy graciosa, Leonor y ... por Dios! ¡Cómo la chupa! Los huevos también, si no le importa.
    
    - Ya nos podemos tutear, ¿No te parece?
    
    - Como prefieras, pero no pares. Succionalos. Y ahora, la punta... Ahh , es maravilloso.
    
    - ¿Vas a correrte?
    
    - Espero que aún no, pero deja de masajearla así...
    
    - ¡Ja, ja! Me gusta verte tan acalorado.
    
    - Eres una pícara. Vamos, abre esas piernas, que necesito copular contigo ya.
    
    - De acuerdo,... Ay! Es muy gruesa, ves despacio...
    
    - No puedo contenerme más... Toma! Toma! Te gusta?
    
    - ..Ssiii. Bésame, bésame!
    
    El fuego apenas parpadeaba en el hogar, todos los leños reducidos a ceniza, pero el calor en el salón era suficiente para poder dormir desnudo sobre la alfombra, junto a la chimenea, sin más abrigo que la manta, que le habían sustraído al tronco de los regalos. Leonor se despertó sobresaltada y salió de debajo del embozo con sigilo. Antonio Enrique etc.. dormía plácidamente. La mujer no se preocupó de vestirse; desnuda como estaba, se acercó a la mesa y abrió la cartera de viaje del visitante. Sacó el librote y lo dejó sobre la mesa. Apenas había luz, así que encendió el candil y leyó la tapa. La volvió a leer; Recorrió con asombro las letras del título, escritas sobre el cuero en un papel adherido a la tapa. Y el asombro se trocó en pánico. Abrió el libro y pasó rápidamente las páginas. La caligrafía era algo confusa, pero suficiente para que Leonor pudiera seguir el hilo de la narración, leyendo en diagonal y pasando páginas febrilmente. Llegó hasta la última hoja escrita.
    
    " - No deberías haber abierto el libro - Las palabras resonaron en sus oídos al tiempo que las leía, exactamente igual que las estaba escuchando, escritas allí"
    
    - ¿Qué broma es esta? ¿Cómo has podido copiar aquí toda nuestra conversación? ¿Por qué conoces toda mi vida, cada detalle del último año? Y ese título, "Leonor en América"...
    
    - No quieras comprenderlo, Leonor. Digamos que yo soy tu creador, no con mayúsculas, claro, pero creador a fin de cuentas. Este es mi libro y tú eres mía, absolutamente mía.
    
    - Esto es una pesadilla. Ahora me despertaré y tú y el libro habréis desaparecido.
    
    - No, cariño. Ahora podrás leer la última página al mismo tiempo que ocurre todo lo que allí está escrito.
    
    " Antonio Enrique José, Anejo para los lectores avispados, Tomó a Leonor por los hombros y la besó con una lujuria casi animal: La giró en redondo y la obligó a apoyar el busto sobre la mesa. Abrió el libro por la última página para que ella pudiera leer las ...
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