Las hermanas de mi ex --la pequeña iii- - Relatos Eróticos

Las hermanas de mi ex --la pequeña iii-

Cuando llegué a casa, leí el contrato detenidamente, lo había copiado de una web, estaba casi literal y casi todo, faltaban algunos puntos interesantes y estaba mecanografiado. Estuve indagando en otras webs similares, que decían, básicamente, lo mismo, así que, con unas pequeñas correcciones, está hija de puta, se enteraría de lo que quería. Cerré el ordenador, estuve trasteando por casa, vi un poco la tele y prepare lo de Sandra para el miércoles, después me fui a la cama.

El martes cuando llegue al trabajo lo primero fue decirle a Sandra que lo suyo estaba arreglado, luego hablaríamos con el vigilante, para que no pusiese pegas al entrar y que no se ocupase la plaza. Antes de la hora del desayuno llamé a Pepi, para que viniese a recoger su contrato con las correcciones y las condiciones con las que podría aceptarlo.

A la hora del desayuno estaba en la misma mesa, pedí café y un donut y me senté, cuando lo sirvieron, devolví el contrato a Pepi y la deje un boli para que tomase notas, fui diciéndole los puntos del contrato que faltaban, las modificaciones de algunos y luego mis condiciones particulares, que la gustaron menos, pero las copio, con la orden de ponerlas como preámbulo del contrato, antes de las cláusulas. Todo manuscrito, preferiblemente en un cuaderno con las hojas numeradas, sin errores ni tachaduras y dejando constancia de cinco páginas para anexos, ampliables.

Yo- Pórtate como una buena puta esclava, paga el desayuno de tu amo.

Y me marché, en la oficina mandé un correo desde mi móvil al correo particular de Sandra, asegurándome antes que tenía tóner, para imprimir 4 páginas. A las 14'30h, llame a Sandra, estaba con otro compañero, porque no podía acceder a la web de un banco y no cuadraban los saldos, la pedí si podía pasar por el Banco y pedir unos extractos, ya que el banco estaba cerca de su casa.

Por la tarde recibí una llamada de Pepi, diciéndome que ya tenía el contrato, con las condiciones y todo lo que había puesto, preguntándome si podía subirlo y quedarse ya, evidentemente le dije que no, que tenía que leerlo tranquilamente y luego se lo diría. Por la mañana me esperaba en la puerta, me dio un sobre con el cuaderno.

Yo- No sé si te llamaré ahora o esta tarde.

Pepi- Llama cuando quieras, me he traído una maleta pequeña

Pase a mi trabajo, ya en el despacho, con un cafecito, abrí el sobre y lo estuve leyendo. La cabrona, cuando quería hacía las cosas bien, guardé todo para llevármelo y en el desayuno la llamé. Se puso muy contenta.

Yo- Vente antes de las 15'00, comemos y hablamos.

Pepi- Allí estaré, muchas gracias, verás como no te arrepientes.

A las tres ya me esperaba en la mesa de los días anteriores, que era la más discreta. Nos saludamos, pedimos la comida y puse el móvil sobre la mesa

Yo- Es para grabarlo y que no haya dudas. Estás de acuerdo.

Pepi- Si, amo

Yo- Aceptas libremente las cláusulas del contrato que has firmado, por el que te conviertes en mi esclava, aceptando y ...