1. LIBERTAD CONDICIONAL


    Fecha: 27/03/2019, Categorías: Dominación / BDSM Gays Autor: sigma2077, Fuente: SexoSinTabues30

    ... nos estrujamos uno a otro, mis manos bajaron hasta sus glúteos, buscando su raja, él abrió las piernas un poco, lo suficiente como para que mis dedos se deslizaran en búsqueda de su agujero. Cuando lo toqué sentí un nuevo escalofrío. Mi verga, ya dura a su máxima expresión babeaba incesante precum, ufff… Que magnífica sensación. Lo escuché soltar un suave quejido mientras dos falanges de mi dedo medio e índice profanaban su agujero… Lo solté un poco, y no sé de dónde me vino a la cabeza, cargarlo como cuando cargué a mi esposa para entrar a la casa luego de la boda, así lo llevé al cuarto y suavemente lo acomodé sobre la cama. Lo miré a los ojos y le dije: Es la primera vez que haré algo así… Pero quiero hacer de esta, la primera vez que disfrutes plenamente del sexo.
    
    Quiero que me hagas tuyo mi gigante, quiero que seas mi hombre… Dijo Dylan.
    
    Así será.
    
    Comencé a bajar por su cuello, besando sus pectorales, lamiendo y mordiendo cada fracción de pulgada, llegando a uno de sus minúsculos pezones, lo lamía y lo chupaba, él se retorcía de placer y no paraba de jadear, gemir…
    
    Así, así… Hazme tuyo, uffff hazme sentir que me haces el amor… Decía Dylan entregado totalmente a mis besos y caricias. Yo seguía hurgando en su culo con mis dedos, arrancando un gemido tras otro… Fui bajando por su abdomen hasta toparme con la cabeza de su verga, instintivamente la lamí, lo cual le hizo suspirar, la dejé entrar en mi boca, y comencé a darle una mamada. Muchas veces había escuchado que sólo un hombre puede dar una mamada de verdad placentera a otro, porque sabe cómo le gusta que se la den y como que era verdad, porque Dylan no paraba de gruñir, gemir y pedir más. Lamí sus testículos, incluso, los metí en mi boca, y él no paraba de decir lo rico que lo estaba pasando. Cuando los dejé para lamer la entrada de su culo, se puso boca abajo, cabeza y pecho pegados al colchón, con ambas manos separó sus nalgas y pude ver ese botón rosado, rodeado de esos pelos de color cobre, en medio de esas nalgas similares a melones, uffff… Lamí una y otra vez, introduje mi lengua, y él pedía más. Le fui metiendo dedos, dos, tres… Y entraban sin reparo.
    
    Déjame buscar algo, dijo Dylan. Se bajó de la cama para buscar en su bolso, un pomo de lubricante y un paquete de condones.
    
    Yo me acomodé con la espalda recostada en la cabecera de la cama, las piernas abiertas y mi erección sujetada con la izquierda, mientras con la derecha recorría mis pezones.
    
    Para ser la primera vez que estás con un hombre, eres excelente, me dijo Dylan.
    
    ¿En serio?
    
    De hecho, sí, me has hecho sentir cosas que jamás había sentido…
    
    Uffffff eso me gusta. Le dije.
    
    De un momento a otro Dylan se acomodó en mi entrepierna y comenzó a mamar mi verga. Diosssss… Cuanta habilidad, se tragaba cada pulgada como si lo hubiera hecho toda la vida, hasta el fondo, sentía su campanilla rozando, y no le daban arcadas, mi mujer la única vez que llegó a ese punto se fue en vómito, y desde ahí sólo metía ...
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