El embarazo de Mirian 2/2 - Relatos Eróticos

El embarazo de Mirian 2/2

... difalia. Nací con dos pollas iguales y totalmente funcionales, meo y me corro por las dos. Me llaman el revienta coños y el rompe culos, ya que necesito abrir en 8 y 10 cm. para que entren mis dos pollas, pero bueno, ya lo verás", me dijo.

Yo no sabía que existía eso, y menos aún que pudieran ser las dos funcionales.

Me empezaron a follar como la vez anterior, primero uno a uno por el coño alternándolo con el ano, que esta vez acogió las pollas sin esfuerzo.

Y le tocó el turno al revienta coños y rompe culos.

La verdad es que estaba expectante, no sabía cómo iba a reaccionar ante ese volumen de carne.

Mi coño las acogió sin demasiado problema. Era una doble penetración vaginal, más cómoda que lo que había visto en algún video porno, al no tener que estar dos tios haciendo números circenses para meterla a la vez.

El flipe vino cuando se dirigió a mi culo. Gracias a la dilatación previa de los otros cinco, yo misma notaba como el ano se abría al mero contacto con las pollas, pero claro, en esta ocasión, la dilatación tenía que ser el doble que, con una sola polla, y además a la vez.

El tío no tenía miramientos, y actuó de rompeculos total. En cuanto vio que la punta de ambas pollas se habían abierto un mínimo camino, empujó como un animal, produciéndome esta vez si un inmenso dolor, acompañado de un desgarro en el ano, como pude comprobar más tarde.

Me estuvo follando el culo el tiempo que quiso a tope.

Luego cambiaron a coño y culo a la vez esta vez con corrida incluida.

Los cinco se corrieron nuevamente dentro de mi coño. Esta vez había menos riesgo aún de que me embarazasen, al haber terminado con la regla el día antes. Cuando le tocó el turno al sexto, experimenté una triple penetración. Era increíble lo que estaba haciendo con aquellos hombres. Yo siempre había tenido una vida sexual ordenada, y aquellos viejos, me humillaban y trataban como si fuera un puto juguete, su esclava sexual.

El sexto, ya también se corrió en mi coño.

Me tiraron los 300 euros al suelo y me hicieron recogerlos a cuatro patas con la boca.

Mientras, me hacían fotos y videos, y me hacían decir lo puta que era, y lo que me gustaba que me follaran ellos.

Me vestí y me fui. Otra vez sin tanga, y otra vez sintiendo como la leche de aquellos tipos, resbalaba por mis muslos.

Al menos en el caso del comensal, era curioso que fuera allí a comer y luego gastará dinero en follar, pero bueno, pensé que quizás el verdadero motivo de ir al centro, era pillar a incautas como yo para satisfacer sus deseos sexuales.

El fin de semana siguiente, se repitió la follada, esta vez sin el sexto tío, el de las dos pollas. Y así se fue repitiendo tres fines de semana más, hasta que la ausencia de regla, disparó todas mis alarmas.

Ya me tenía que haber bajado, y no daba señales de querer hacerlo.

Me hice el test de embarazo. Positivo. Ahora estoy de seis meses. Con una barriga ya considerable.

Juan, feliz como una perdiz, de que al final ...