El embarazo de Mirian 2/2 - Relatos Eróticos

El embarazo de Mirian 2/2

... años.

Se conocen casos de hombres de más de ochenta años, que han fecundado a una mujer sin ninguna consecuencia en el desarrollo del feto y posterior bebé.

Vaya pues parece que no existía ningún tipo de contraindicaciones a quedarse embarazada de un tío tan mayor.

Aquella noche, folle con Juan. No es que me apeteciera lo más mínimo, aquellas cinco pollas, me habían dejado saciada, y a la vez deseosa de más situaciones como la vivida.

¡Ala!! Ya lo había dicho. Sí, me había gustado, y mucho.

A la semana siguiente, el comensal, joder, no sé ni como se llama, no apareció por el centro.

Durante la siguiente semana me bajo la regla. Tuve una mezcla de alivio y desilusión, pero estaba visto que pese a lo que decía el ginecólogo, lo de quedarme yo embarazada lo tenía más que crudo.

El siguiente fin de semana, sí apareció el comensal mirándome en cuanto me vio, con una sonrisa de oreja a oreja.

En cuanto tuvo ocasión me dijo,

"Hoy repetimos, guapa".

Le dije,

"Imposible, estoy con la regla".

"Y que, la regla te la cortamos nosotros a pollazos", me contestó totalmente convencido de lo que decía.

Un escalofrío me recorrió el cuerpo. Realmente ya no manchaba, era lo primero que se me había ocurrido.

Cuando terminó el servicio y salí me estaba esperando en la puerta.

"Vamos encanto, hoy traigo un amigo más, le hemos hablado muy bien de ti. No me dejes mal", me dijo con una seguridad pasmosa.

Se dirigió hacia la entrada del almacén. Yo vi cómo se iba y me quedé pensando un instante. ¿Qué hacía, le acompañaba o me metía en el coche me iba?.

Mi cerebro no respondió a aquella pregunta, pero mis piernas sí lo hicieron caminando detrás del hombre.

Entre en el almacén y me dirigí hacia la puerta de entrada a la habitación que ya conocía.

Esta vez eran cinco los hombres en calzoncillos que me esperaban ansiosos. El comensal se unió nada más cerrar la puerta de entrada al almacén.

Más o menos se repitió en el mismo modus operandi de la primera vez lo único que ahora había un tío más.

Los cinco ya conocidos se despojaron rápidamente de sus calzoncillos y se vinieron hacia mí para desnudarme en un santiamén, con rotura de tanga incluida.

El nuevo permanecía un tanto estático, mirándome con cara de bobo, pero sin quitarse el calzoncillo.

Al final, e inducido por los otros se lo quitó.

Ahora la que le miraba con cara de boba era yo.

El tío tenía dos pollas, una encima de la otra apenas separadas por unos centímetros.

Que pasada, ese tío podía follarte coño y culo a la vez.

Empecé la ronda de mamadas.

Al llegar al nuevo, me quedé pensando, no sabía cuál de las dos pollas mamar. El tío intentó la opción más previsible, meterme las dos pollas a la vez en la boca, cosa que no consiguió ya que mi boca no era 'la boca del metro', y entraba lo que entraba, sin desencajarme las mandíbulas, así es que empecé a mamarle alternativamente una y otra polla.

Mientras lo hacía me explicó,

"Padezco ...