1. Pervirtiendo a una lesbiana


    Fecha: 27/03/2019, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... problema eres tú —tenía razón, había un gran trecho entre imaginar una fantasía y hacerla realidad…
    
    Un día mi marido apareció en casa con una sonrisa de oreja a oreja. Llevaba tres entradas en la mano para el partido del Atlético de la semana siguiente. A mi pareja y mis hijos les encanta el futbol y son los colchoneros nº 1, pero yo me sentí dolida porque no habían contado conmigo… no me gusta el futbol, pero no me parecía bien que planearan su escapada sin contar conmigo, y aunque tenía razón cuando decía que, si hubiera cogido entradas para mí no hubiera ido, prefería ser yo la que me excluyera de los planes y no él.
    
    Ese día en el chat surgió…
    
    — Y, si un día te dijera que me acompañaras a un local como el de la historia... ¿vendrías?
    
    — Si fuéramos juntas iría…
    
    — Dentro de ocho días mi marido y mis hijos se van a pasar una noche a Madrid… ¿vendrías a Barcelona? —nada más terminar la proposición, mi corazón comenzó a latir con fuerza dentro de mi pecho.
    
    — ¿Lo dices en serio? Claro que iría —me parecía una auténtica locura, pero hablar del tema era como un anclaje emocional, y después juro que no podía dejar de pensar en ello.
    
    Ese día nos despedimos, pero mi mente siguió maquinando… al día siguiente no pude evitar la tentación de empezar a documentarme sobre los locales de intercambio… eran lugares para personas sin tabús, donde el único límite lo ponía tu fantasía y donde al contrario de lo que pensaba, la educación y el respeto eran la norma fundamental.
    
    Apunté varios en Barcelona y comencé a investigar… por lo visto era norma general ir en pareja, y en alguno no estaba permitida la entrada de hombres sin una pareja femenina. No decía nada de dos chicas, por lo que entendí que no había ningún problema. A demás en la mayoría las mujeres pagaban bastante menos.
    
    Esa noche se lo comenté…
    
    — He estado mirando locales para que podamos ir las dos juntas… —lo dije sin pensar las consecuencias.
    
    — Si… ¿vendrías conmigo? —ya me había arrepentido de decirlo…
    
    — Me encantaría… si fuera un poco más valiente.
    
    Me encantaba ponerle el caramelo en la boca. Hablar de ello me provocaba una agitación constante. Las pulsaciones se revolucionan y las mariposas resucitaban en mi estómago, aunque por desgracia para las dos, al final siempre me echaba para atrás.
    
    — ¿Podrías ir a Barcelona dentro de dos sábados? —la rabia de sentirme excluida me había espoleado y aunque me arrepentiría cien veces, lo solté…
    
    — ¿Lo dices en serio? —realmente yo misma no sabía si lo decía en serio, pero la frase estaba escrita y no estaba de broma
    
    — Podríamos estar solo una noche… mi marido y mis hijos se van a ir a Madrid a ver un partido y me quedo sola…—el corazón palpitaba con fuerza mientras mis dedos montaban la frase sobre el teclado.
    
    — Miro vuelos… y si no los hay… iré nadando —me sentía halagada por su insistencia, y me preguntaba si al final con tantas expectativas, ella se sentiría defraudada.
    
    Los días previos los dediqué a ...
«12...456...21»