1. Pervirtiendo a una lesbiana


    Fecha: 27/03/2019, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... medianamente normal, era de cinco a una, en alguna ocasión aparecía… y solo por eso merecía la pena entrar al chat.
    
    En una de esas ocasiones en las que la probabilidad se alió con la suerte, apareció Candela… la primera vez que charlamos no entramos en demasiados detalles, me dijo que era canaria, tenía 43 años y era lesbiana al cien por cien. Pareció no importarle el hecho de que yo no lo fuera. A ese primer día le siguieron otros en los que nuestra confianza fue en aumento. Día a día las conversaciones se hicieron más íntimas y personales, siendo raro el día que no hablábamos
    
    Dicen que, “quien ha naufragado tiembla incluso ante olas tranquilas” y eso mismo le pasaba a Candela... me contó que había tenido una relación con una chica casada, y había terminado mal por los celos compulsivos de ella. Tras ello, había sido engañada por alguna chica que había conocido en el chat, y seguramente por esa razón solía tener un carácter celoso y posesivo.
    
    Mi intención no era centrarme en una sola chica. Para mí, el chat era una vía de escape en la que poder conocer personas, y cuantas más personas conociera de las que valían la pena, mejor que mejor. Así que a menudo, cuando entraba al chat y yo hablaba con alguna otra chica, se despedía con rapidez diciendo que me dejaba con la “culona”, luego al día siguiente la notaba más tensa y cortante de lo normal y, aunque no lo reconociera, sabía que estaba celosa…
    
    No soy para nada celosa, creo que los celos no están relacionados con el amante que sufre, sino más bien con el amo que se enfada. Están mas relacionados con tus propias inseguridades que, con la posibilidad de perder a la otra persona. Por esa razón, siempre la animaba a conocer otras chicas con las que hablar, mujeres reales con las que pudiera entablar una relación real y de pareja.
    
    Había días que se enfadaba y estaba varios días sin entrar, pero cuando lo hacía, volvía con el deseo a flor de piel, hablábamos durante horas y terminábamos pajeándonos y gimiendo como perritas en celo.
    
    Con ella aprendí todo tipo de perversiones lésbicas. En cierta ocasión, reconoció que tenía varios juguetes sexuales para usar sola o en compañía. Uno de ellos era el arnés… era una polla de goma que te colocabas con unas correas, y que podías utilizar para follarte a la otra chica como si fueras un tío. Fue la primera vez que oía hablar acerca de ello, y al imaginar la escena… me pareció súper morboso.
    
    Recuerdo un día en el que ambas hablábamos a cerca de nuestras fantasías y pequeñas perversiones… Candela me dijo que su sueño erótico era ser ella la primera chica en “follarme”. Sabía que esa primera vez con una mujer me marcaría para toda la vida, y por esa razón le producía un morbo increíble desvirgarme. Pero a mí me sucedía lo contrario… sabía que era lesbiana de pura cepa y me excitaba muchísimo pensar que, solo por satisfacerme, sería capaz de hacer un trío en el que participara un hombre, y que ese mismo hombre, la follaría a ella mientras yo lo ...
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