1. Pervirtiendo a una lesbiana


    Fecha: 27/03/2019, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Llevaba mala racha en casa con mi marido. Seguramente esa fuera la razón principal por la que un día encendiera el ordenador y comenzara a chatear con otras personas. Quiero pensar que necesitaba desahogarme, descargar toda esa tensión que día a día se iba acumulando, y que en muchas ocasiones me llevaba al agotamiento físico y mental.
    
    No es fácil criar a dos hijos mientras tienes una vida laboral que compaginar. Si a eso le añadimos que el trabajo de mi pareja no le concedía muchas horas para estar en familia, se convertía en un cóctel que solía terminar explotando en el momento más inesperado.
    
    Dicen que, de media, una mujer necesita hablar de tres a cuatro veces más que un hombre. Nosotras necesitamos expresar nuestros sentimientos y miedos, necesitamos exteriorizar todas esas emociones que a menudo nos desbordan, y la fórmula que utilizamos es charlando, hablando y conversando…
    
    Los hombres son diferentes. Cuando tienen hambre dicen que tienen hambre. Cuando tienen sed, dirán que tienen sed y cuando quieren sexo, todas sabemos que dirán… sin embargo, nosotras somos sutiles, somos emocionales y damos muchísima importancia a los detalles y matices que nos rodean. Si unimos las diferencias que nos separan, al hecho de llevar más de 12 años juntos, el resultado suele ser la monotonía y el silencio.
    
    Los primeros chats a los que entré tenían una temática relacionada con la amistad. Mi única intención era conocer a alguien interesante con quien hablar. Necesitaba una persona a la que poder contar mis miedos y anhelos, necesitaba saber que estaba allí, y que siempre correría a socorrerme con sus palabras comprensivas. Por desgracia para mí, esos chats que dicen buscar amistad, estaban lejos de ofrecerte nada que no fuera sexo...
    
    Mi paciencia terminó agotándose cuando, tras dos días de búsqueda de personas equilibradas, lo único que encontré fueron tíos salidos con el cerebro como un cacahuete. Terminé cansándome de esa gente que desconocía las más mínimas reglas de ortografía, cuyo único interés era el sexo y opté por otro tipo de chat…
    
    Siempre he tenido clara mi condición sexual, y a día de hoy, me sigo considerando una mujer “hetero”, pero en ese momento tan solo quería conocer a alguien. Necesitaba una amiga, una confidente, una persona en la que apoyarme y reír, pero lo que no podía imaginar esos días era que lo que encontraría sería una amante…
    
    No era fácil encontrar a una chica maja con la que poder charlar y compartir un momento agradable. La mayoría de las personas que te hablaban eran tíos camuflados que, una vez hechas las primeras presentaciones, se lanzaban a todo tipo de proposiciones sexuales. No estaban menos salidas ciertas lesbianas… me recordaban mucho el comportamiento de los tíos, ya que a la primera de cambio te pedían el teléfono e intentaban tener sexo telefónico.
    
    Era complicado, pero de vez en cuando podías hablar y mantener una conversación agradable. A pesar de que la posibilidad de encontrar a alguien ...
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