1. Pervirtiendo a una lesbiana


    Fecha: 27/03/2019, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... a ser un poco traviesa? —se acercó a mi oído para susurrarme a la vez que me magreaba el culo.
    
    — ¿Que se te ha ocurrido? —noté como el corazón aumentaba su cadencia al escuchar sus palabras en mi oído.
    
    — Podríamos salir sin braguitas… ¿te atreves?
    
    — ¡Estás loca! me siento incómoda sin nada de bajo… —mientras hablaba hacía caso omiso a mis palabras y, en un visto y no visto se sacaba la tanguita a juego con el vestido y la dejaba sobre la cama.
    
    — Reí nerviosa, pero la imité, me saqué mi tanguita negra y lo deposité al lado del suyo sobre la cama. Pude imaginar el calor y la excitación que reflejaría mi rostro.
    
    Recogió mi tanga y lo acercó a su rostro para olerlo…
    
    — Me encanta tu olor… hueles a pecado. — en su rostro se reflejaba la lujuria.
    
    En ese instante Candela volvió a recortar el espacio que nos separaba, y tras aferrarse de nuevo a mi culo, me besó… sentí su lengua acariciar mi labio inferior y mi lengua salió a su encuentro. Ambas lenguas se presentaron rozándose con delicadeza para después entrar en mi boca para saquearla. Me encantaba su tacto, tersura, dulzura y suavidad, era una sensación embriagadora que me hacía levitar.
    
    Mientras su lengua exploraba mi boca, sus manos hacían lo propio con mi culo, colándose después bajo mi faldita a través del muslo interno. Cuando alcanzan su destino final, no puedo dejar de emitir un gemido ahogado al sentir sus dedos rozan mi coñito desnudo y expuesto.
    
    — Mmm… me encanta sentirte mojadita… —dicho esto, se apartó de mí, dejándome con la respiración acelerada y completamente acalorada.
    
    A eso de las ocho salíamos para ir a cenar algo ligero, después tomamos unos combinados por una de las zonas de copas de la ciudad. Al principio me sentía observada, a pesar que nadie podía sospechar nada, en mi interior sentía esa sensación de adolescente cuando creías que todo el mundo estaba pendiente de ti. Fue un sentimiento que no duró mucho, tan solo el tiempo que tardó en hacer efecto el segundo combinado.
    
    Fue Candela la que a eso de las once me lo recordó…
    
    — Tenemos entradas para un sito…
    
    — Pensaba que ya no te acordarías… ¿estás segura?
    
    — Si vienes tu conmigo… claro que estoy segura. —mientras lo decía el corazón palpitaba con fuerza queriendo salir.
    
    Cogimos un taxi y nos montamos. Durante el camino de ida una amalgama de sensaciones se apoderó de mí. Por un lado… los nervios y la ansiedad recorrían mi ser, por el otro, el morbo y la excitación luchaban por abrirse paso en mi interior. Todos ellos se fusionaban en el laboratorio que en esos momentos era mi mente.
    
    A la llegada al lugar nos bajamos del coche y entramos. Al ser nuestra primera vez una chica muy sexi nos hizo de guía. A la vez que nos hacía la visita por las distintas estancias, iba explicando las normas que en un principio ya conocía porque había estado informándome por internet. Nos comentó que, si alguien nos incomodaba, tan solo teníamos que hacer un gesto negativo con la cabeza y él o ella se ...
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