1. La Mansión


    Fecha: 23/08/2019, Categorías: Hetero Autor: Alex Blame, Fuente: TodoRelatos

    ... continuación.
    
    —Mi intención, como ya te dije, es pasar la noche en la habitación hasta que se reproduzcan los sucesos. Instalaré cámaras de televisión que cubran todos los ángulos. También tengo preparado un kit para recoger muestras y congelarlas en nitrógeno líquido. —le explicó la joven investigadora— Ahora, si me disculpas, creo que es hora de que me ponga a trabajar. Son casi las diez de la noche y montarlo todo me llevará al menos hora y media.
    
    —Es cierto, querida. Nos hemos puesto a hablar y el tiempo ha volado. Discúlpame. Sebastián te llevará a la habitación. Nos vemos mañana. —dijo la mujer estrechando de nuevo la mano de Nadia y abandonando el comedor.
    
    El mayordomo tardó un par de minutos, momento que aprovechó la investigadora para echar un nuevo vistazo a las fotos, especialmente la del joven de aspecto taciturno. Lo observó con detenimiento y no pudo evitar sentirse atraída por esos ojos grandes y oscuros de pestañas largas que le miraban con una mezcla de angustia y profunda tristeza. La tez pálida, la nariz pequeña y afilada y los labios gruesos enmarcaban una boca amplia. Nadia trató de imaginar aquella boca sonriendo y fue incapaz. A pesar de todo le pareció un hombre atractivo, todo lo contrario que la insulsa mujer que le cogía del brazo con ademán posesivo, como si fuese una especie de trofeo...
    
    En ese momento un carraspeo interrumpió sus pensamientos. Se giró y vio al mayordomo esperando, con el maletín metálico de Nadia en la mano.
    
    —¿La llevo a sus aposentos? —preguntó el mayordomo con cara circunspecta.
    
    —Por supuesto, Sebastián. Vamos allá.
    
    El mayordomo la guio sin más ceremonias hasta el hall de entrada y pasando de largo la espectacular escalinata, abrió una puerta de nogal de doble hoja que había a la derecha. El pasillo era bastante ancho y apenas se veía su final en la penumbra. Sebastián pulsó un interruptor y unos apliques en la pared izquierda iluminaron tenuemente el pasillo. Nadia admiró el papel pintado que se encontraba en un estado de conservación perfecto, a pesar de su evidente antigüedad y las columnas que sustentaban el edificio, que el arquitecto había dejado a la vista para mostrar su exquisita factura. No pudo evitarlo y a medida que pasaba entre ellas, repasó con sus manos la estructura metálica, formada por varios nervios retorcidos sobre sí mismos, creando una espiral que brillaba con un fulgor azulado a la mortecina luz de las lámparas.
    
    Justo al final del ala, había un gran ventanal que debía iluminar el pasillo de día, pero que ahora solo mostraba las temblorosas sombras que recortaba la tenue luz de la luna al filtrarse entre las ramas de los árboles del jardín. A la derecha, en la última puerta, estaba su objetivo. El mayordomo abrió la puerta y con un gesto le franqueó el paso. Luego entro detrás de ella y depositó el maletín de trabajo de Nadia en una pequeña mesa que había en una esquina de la estancia.
    
    —Bueno, yo ya me retiro. La puerta del fondo da a un pequeño ...
«12...678...20»