1. La Mansión


    Fecha: 23/08/2019, Categorías: Hetero Autor: Alex Blame, Fuente: TodoRelatos

    ... frescas y hábiles. Pronto sintió que su sexo respondía enviando por todo su cuerpo oleadas de placer cada vez más intensas. El capitán le besó la nuca y le acarició los costados. Ella no se volvió. Simplemente se dejó hacer y escuchó al soldado forcejear con los calzones del uniforme justo antes de que su polla contactase contra su sexo.
    
    El fantasma jugó con ella, restregando la punta de su glande contra la entrada de su vagina, pero sin llegar a profundizar. Ella se puso de puntillas, tensó el culo y balanceo las caderas, pero él aguantó unos segundos más antes de enterrar su polla hasta el fondo de sus entrañas. Nadia soltó un largo gemido y sin dejar de agarrar el poste de la cama con una mano, uso la otra para masturbarse y hace aun más intenso el placer. Aquella polla se le clavaba hasta el fondo, provocándole continuos relámpagos de placer que se extendían desde sus ingles al resto de su cuerpo, haciendo que todos sus músculos se contrajesen, como si por ellos corriese una corriente eléctrica.
    
    Estremecida, se agarró con desesperación y mordió la madera del dosel. La astilla volvió a clavársele, esta vez en la palma de la mano, pero apenas se dio cuenta. Todos sus sentidos estaban concentrados en el ardiente placer que irradiaba desde su sexo.
    
    Nunca había sentido nada parecido, incluso parecía que el soldado leía sus pensamientos, porque justo antes de que se corriese él se apartó. Nadia se dio la vuelta con todo su cuerpo palpitando. Exhibió su cuerpo ante el capitán con desvergüenza, se acarició los pechos y se recorrió el vientre liso y los muslos antes de separarlos ligeramente para enseñarle a su amante su pubis enrojecido por el intenso y ardiente deseo que la dominaba. Nadia dio un par de pasos hacia atrás y se dejó caer en la cama ante la atenta mirada del fantasma.
    
    Mientras observaba al capitán desnudarse, separó sus piernas para él y comenzó a acariciarse con suavidad. El espectro tenía un cuerpo esbelto y pálido, casi lampiño, salvo por una pequeña mata de pelo ralo en el pecho. Ella lo miró a los ojos mientras se acariciaba el clítoris con suaves movimientos circulares. El capitán la observó un instante antes de quitarse la ropa interior, mostrando a Nadia un miembro grueso y erecto. Nadia metió dos dedos en su coño imaginando que eran el miembro del capitán. Suspiró y gimió intentado atraer al soldado hacia ella de nuevo y lo consiguió.
    
    El capitán se tumbó sobre ella dejando un poco de espacio entre sus cuerpos para que siguiese masturbandose. La miró y la besó en los labios con suavidad antes de penetrarla. La sensación fue maravillosa. La polla gruesa de su amante le distendió el sexo arrancando escalofríos de placer a la joven, que hizo el amago de retirar sus mano. El capitán sin embargo la sujetó por la muñeca y la pidió que siguiese masturbandose. El hombre tenía razón. El placer se magnificó a medida que sus empeñones se hacían más profundos y ella se acariciaba el pubis con más energía.
    
    El orgasmo llegó ...
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