1. La Mansión


    Fecha: 23/08/2019, Categorías: Hetero Autor: Alex Blame, Fuente: TodoRelatos

    ... sus sueños y lecturas adolescentes.
    
    Y ahora aquel hombre aparecía-... y era un fantasma...
    
    —¿Y qué problema hay? —preguntó él adivinando sus pensamientos y acercando su rostro hasta que apenas unos centímetros los separaron.
    
    Nadia cerró los ojos y entreabrió los labios sin saber muy bien que quería o que podía esperar de todo aquello. Entonces notó un roce fresco y electrizante. Entre chasquidos electrostáticos notó que los labios del hombre rozaban los suyos y la invitaban a abrir aun más la boca. La lengua del fantasma invadió su boca con la misma suavidad, impregnándola con un sabor ligeramente picante que tras unos segundos lo asimilo a la ceniza. Paralizada, le devolvió el beso, dejando que la atracción por aquel hombre fuese haciéndose cada vez más real.
    
    Las manos del capitán acariciaron su cuello y recorriendo su hombro, bajaron por su brazo hasta cogerla de la muñeca.
    
    —Eres la mujer que he estado esperando durante décadas. Puedo verte, tan transparente como me ves tú a mí. —dijo él tirando de ella y llevándola hacía la cama— ¡Tan romántica! ¡Tan hermosa! ¡Tan dulce!... Sé cómo te sientes, sientes que no perteneces a este siglo.
    
    Nadia no se sorprendió de que aquellos ojos tan grandes y profundos hubiesen penetrado tan profundamente en ella. Aquel espíritu había sido más hábil y sensible que cualquier amante que había tenido en su vida. Solo Carlo se le había acercado. Carlo era atento y dulce, pero solo para conseguir lo que quería de ella y cuando lo obtenía entonces se desentendía y se dedicaba a observarse su ombligo. De nuevo las manos del espectro acariciaron su cara mientras sonreía tristemente, como si adivinase en que estaba pensando. Las manos del capitán bajaron de nuevo, pero esta vez no se quedaron en sus manos sino que reposaron en sus caderas y acariciaron su culo y sus muslos. De nuevo aquella sensación de anhelo y escalofrío, acompañada de pequeños chasquidos le pusieron la piel de gallina. Entonces se dio cuenta de que deseaba a aquel hombre. Sin saber muy bien que estaba haciendo, cogió el ajado camisón y se lo sacó por la cabeza, quedando desnuda salvo por unas braguitas de seda color azul.
    
    El capitán la observó antes de acariciar su cuello y sus clavículas. Sin quitarle los ojos de encima, le sopesó los pechos y se los apretó con suavidad jugando con sus pezones. Nadia notó como su cuerpo se incendiaba con aquellas caricias y cuando las manos del fantasma llegaron a su pubis ya notaba como su sexo se estaba humedeciendo. En aquel momento su cerebro debería haberle dicho que estaba cometiendo una locura, que estaba teniendo una alucinación, pero toda su mente estaba inmersa en una nube de placer y deseo. Sin pensarlo se deshizo de las bragas y se acercó a la cama.
    
    Con pasos lentos y deliberados se acercó a la cama y se agarró a uno de los postes del dosel, retrasando su culo e invitando al capitán a que la tomase. El espectro se acercó a ella y le acarició el interior de los muslos con unas manos ...
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