1. La Mansión


    Fecha: 23/08/2019, Categorías: Hetero Autor: Alex Blame, Fuente: TodoRelatos

    ... encontrado una razón lógica para paredes que sudaban, bombillas que se encendían y muebles que se movían. Era Carlo el que creía en esas cosas y el que la había metido en ese negocio, que ahora no podía dejar y también el que al ver la capacidad de Nadia para demostrar la incoherencias de todos aquellos sucesos, comenzó a distanciarse de ella.. Con un gesto de cansancio, tiró la revista a su lado y se abandonó al sueño. Si algo llegaba a pasar, todos los aparatos que poseía lo registrarían. Apenas tardó un par de minutos en quedarse profundamente dormida.
    
    ***
    
    Carlo siempre estaba allí, siempre la acogía con esos brazos musculosos y deliciosamente aterradores. La sensación de que un hombre capaz de partirla en dos como si fuese una ramita seca, la acogiese entre sus brazos con aquella delicadeza, la extasiaba. Se dejó abrazar y lo besó con fiereza, mientras él recorría su cuerpo desnudo con aquellas manos duras y ásperas, que dejaban rastros ardientes allí por donde pasaban. Su sexo chorreaba y estaba deseando que la follara, pero dejaba que él se tomase su tiempo, que la acariciara, la besara y susurrara palabras de amor a su oído, aunque ella ya solo escuchase el turbulento avance de la sangre por sus venas. Cuando finalmente la penetró, su polla resbaló con facilidad. Ella trató de contraer su vagina para abrazar aquel falo ardiente y una oleada de placer la envolvió, haciendo que su pubis se estremeciese, sus pezones se erizasen y su sexo rebosase flujos que escurrían por el interior de sus muslos.
    
    Daba igual que hubiese llegado exhausta del trabajo, que estuviese despeinada, sudada y con la ropa sucia y el maquillaje desvaído, él la hacía sentirse como una diosa cuando la cogía desde atrás por la cintura y envolviendo su cuerpo con toda su envergadura, la penetraba con intensidad, pero con una delicadeza que no había experimentado en ningún otro hombre. Ella recibía cada empeñón con un suspiro ahogado y con un estremecimiento de todo su cuerpo. Era tal el placer, que ni siquiera se dio cuenta cuando la elevó en el aire y la depositó sobre la cama. Sin ser consciente de lo que hacía, se abrió de piernas y se acarició el pubis dispuesta para acogerle de nuevo. Y de nuevo gimió y gritó de placer cuando Carlo la penetró. La encantaba hacer el amor cara a cara, observar su cara sonriente y atenta, sus labios gruesos y se cabello perfectamente repeinado como italiano que era. Lo abrazó estrechamente. El sudor de ambos se mezcló, facilitando que sus cuerpos se deslizasen con suavidad el uno sobre el otro. Poco a poco Carlo fue aumentando el ritmo de sus pollazos hasta que un escalofrío recorrió su cuerpo... y luego otro... y otro....
    
    ***
    
    El tercer escalofrío la despertó del todo. Su cuerpo se estremecía de frío a pesar de las mantas y un sudor frío, no el cálido sudor producto del amor, recorría su espalda, a pesar de las pesadas mantas. Nadia miró a su alrededor, parecía que la temperatura había bajado varios grados de golpe en la ...
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