1. Yo me lo busqué - (Capítulo 24)


    Fecha: 22/08/2019, Categorías: Infidelidad Autor: rom19, Fuente: TodoRelatos

    ... Manuel.
    
    -El cabrón de Agustín no se calla una, será mamón. A mí me gusta estar contigo Carmen.
    
    -Venga Richard, deja que mi novio te la meta un ratito y yo lo vea.
    
    -Un minuto nada más. -Aceptó él mientras ambos recomponían sus posiciones y mi novia se hacía con el lubricante para preparar su ojete antes de que lo penetrara.
    
    No tardé en hacerlo dándome cuenta de que por allí lo habían penetrado en bastantes ocasiones, solo que mi miembro dado su grosor, necesitó de un poco de lubricante para hacer que se colara con más fluidez.
    
    En esos precisos momentos pudimos oír un llanto sobrepasado de Belén que nos dejó paralizado a los tres. Enseguida me salí del culo de Richard que se quedó con una expresión de disgusto, pero no dudé en ponerme un bóxer antes de salir del dormitorio y dejarlo allí desconsolado.
    
    -Seguid vosotros, voy a ver qué le pasa a Belén.
    
    Cuando me acerqué a ella me pude dar cuenta que todo lo que le pasaba es que se había hecho caca y enseguida le cambié el pañal, le di su chupete y la volví a acostar en su cuna, luego me quedé un rato con ella porque no parecía tener muchas ganas de dormir, así que la intenté distraer con su sonajero, luego con algunos de sus juguetes, pero nada, al final no tuve más remedio que ponerle la tablet en su soporte para que pudiera ver sus dibujos favoritos, acertando de pleno pues su sonrisa se hizo evidente, al igual que con sus manitas intentaba acceder a la pantalla, que por suerte quedaba fuera de su alcance. Me quedé unos minutos más con ella, hasta cerciorarme que ya no me hacía ni caso y salí de la habitación en dirección a la cocina. Allí me preparé un ron con cola antes de disponerme a volver con estos dos, a ver que estaban haciendo en esos momentos.
    
    Los sorprendí follando en la posición del misionero, apenas sin moverse ninguno de los dos, pero inmersos en un apasionado morreo al que acompañaban con buenos magreos a sus cuerpos. Del umbral de la puerta no pasé y apoyado en su marco me quedé unos minutos observando el proceder de ellos, luego me di la vuelta y me marché al cuarto de mi hija donde me quedé haciéndole mimos.
    
    No sé cuanto tiempo llevaba allí con ella cuando Carmen hizo acto de presencia, colocándose a mi lado replicando las carantoñas que le estaba haciendo a nuestra princesita.
    
    -¡Ah! Estás aquí, -afirmé la evidencia-, ¿Y tu novio?
    
    Ella daba por perdida la batalla de rectificarme cada vez que nombraba a su ex, así que esta vez tampoco me rectificó el calificativo.
    
    -Está en el aseo, esperábamos que regresaras con nosotros. La niña está muy tranquila ¿Porqué te fuiste cuando te paraste en la puerta de nuestro dormitorio?
    
    No podía decirle que me fui porque me hastiaba verles follando tan inexpresivos los dos, por cierto, en ese polvo que me valoraba insulso y poco lujurioso. Vamos, que hasta me parecieron dos muñecos de silicona moviéndose a pilas.
    
    -Podemos seguir ahora si quieres, él me pidió que me corriera sobre su cuerpo, anda, vamos para ...
«12...456...»