1. La Sacerdotisa De La Noche: Noche 6


    Fecha: 19/08/2019, Categorías: Transexuales Autor: Liver96, Fuente: TodoRelatos

    ... llevar a las Sacerdotisas de Sol a la ceremonia. Mirlya se negó a abandonar a Evarod y no sin recelos la dejaron junto al guerrero moribundo. Ataviadas con las túnicas negras de las Sacerdotisas de la Noche, emprendieron la marcha hasta el Templo de la Noche.
    
    Por el camino Kesri sintió que alguien daba pequeños tirones a su manto. Era Biseni y a su lado iba Regda, ambas parecían algo ansiosas y constantemente miraban a “Diamnith” y Edrok, que caminaban tomados de la mano.
    
    “Qué cree que hace la Sacerdotisa Diamnith?” susurró Regda.
    
    “No tengo idea, pero por Sol, no es una buena señal,” respondió Kesri en un susurró.
    
    “Sus motivos tendrá. Pero hay algo más importante…” repuso Biseni en voz apenas audible. Enseñó una oscura y tosca llave.
    
    “Qué es?” preguntó Kesri.
    
    Biseni y Regda miraron al frente para asegurarse que Edrok no les prestase atención.
    
    “Es la llave de la celda de Dogannu,” afirmó Regda.
    
    “Por todos los dioses,” musitó Kesri con voz más elevada que un susurro, emocionada. “De dónde la habéis sacado?” añadió bajando la voz.
    
    “La encontré en las ropas de Evarod… lo importante es que podremos liberarlo,” indicó Biseni.
    
    “Es muy arriesgado,” aseguró Kesri.
    
    “No hay más alternativas, hermana. Ya no hay muchas opciones, tenemos que hacerlo esta noche,” la urgió Regda y luego de unos tensos segundos, Kesri asintió, dando gracias a los dioses por su ayuda.
    
    Un chirrido interrumpió su sueño. Dogannu abrió los ojos y en el umbral de su celda estaba Dalikha, que dando la orden; dos guardias le sacaron del calabozo de la guardia con brusquedad.
    
    Casi ni podía sentir que caminaba por su cuenta. Como si su mente estuviese lejos de su cuerpo y solo se movía por inercia. Dalikha mantuvo su expresión severa y no abrió la boca en todo el camino, el frío sobrenatural les hacía estremecerse; la Oscuridad se cernía inexorablemente sobre ellos, reclamando sus almas y atrapándolos en sí mismos en las vísperas del ascenso de la diosa maligna.
    
    Adentrándose en la cueva, ni siquiera las vasijas y sus fuegos proveían calor. Era como si todo lo que debía ser había cambiado por completo su naturaleza y algo tan simple como una parte elemental de la vida se transformaba en una maldición. Casi al llegar al centro de la oscura caverna, Dogannu podía sentir que la frialdad ya no era solo de su entorno, su espíritu se hallaba sumergido en un gélido letargo y enturbiaba sus pensamientos y emociones.
    
    Reinaba un silencio sepulcral en el centro de la caverna. Se podía pensar que ninguno de los fanáticos presentes respiraba, ojos fijos y vidriosos que no pestañeaban, en el centro del lugar, donde Aalyat ya aguardaba la llegada de Dogannu. El ambiente gélido y gris, similar a una noche de luna llena; además de la niebla que cubría el rocoso suelo confería al Templo un aspecto tenebroso y carente de vida.
    
    Las Sacerdotisas de Sol se hicieron a un lado para que Dogannu avanzase al centro del altar circular, hasta quedar a unos centímetros de ...
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