1. La Sacerdotisa De La Noche: Noche 6


    Fecha: 19/08/2019, Categorías: Transexuales Autor: Liver96, Fuente: TodoRelatos

    ... Inframundo,” dijo el Oráculo.
    
    “De que estáis hablando?”
    
    El anciano mostró un poco de su rostro, una mueca de maldad en él; antes de hablar.
    
    “La Sacerdotisa Diamnith dejó este mundo hace días… aunque su espíritu ha conseguido llegar hasta aquí, no has hablado con ella.”
    
    Mirando con extrañeza al Oráculo, Edrok no se fiaba de sus palabras.
    
    “Habla con la verdad y sin desvaríos, anciano…”
    
    “Me temo que, para ti no tengo nada que decir. Solo ella te puede decir lo que quieres saber,” susurró y dándose media vuelta, se marchó del pueblo con paso lento, mientras Edrok permanecía inmóvil con la mirada a su espalda.
    
    Tras haber oído el llamado de su señora en sus pensamientos, Dalikha y Daemeeth acudieron de regreso a su casa a recibir sus ordenes. Aalyat estaba de pie en medio del comedor, sus guardias junto a ella, al ver llegar a sus acólitas dio la señal y los soldados se dividieron, dos de ellos custodiaron el patio trasero y los otros dos la entrada.
    
    “Dalikha, ha llegado el momento. Nuestra otra hermana debe unirse a nosotras,” dijo Aalyat.
    
    “Le comunicaré, mi señora…” contestó Dalikha y la joven, luego de hacer una reverencia y besar la mano de la Sacerdotisa, salió de la casa.
    
    Ya a solas, Aalyat miró fijamente a Daemeeth con una sonrisa maliciosa en su pálido rostro. Recordaba lo que ella quería cuando le sonreía de esa forma.
    
    “Mi amada Daemeeth. Por fin nos encontramos de nuevo,” repuso ella.
    
    “Si, querida Aalyat… ya casi lo hemos logrado,” dijo Daemeeth.
    
    Permaneció inmóvil mientras Aalyat se acercaba y describía un estrecho círculo a su alrededor. La acólita oscura se estremeció un poco y se le erizó la piel al sentir la mano de la joven tocar su cuerpo. La Sacerdotisa rió por lo bajo y se detuvo a su espalda, rodeando su abdomen con ambos brazos.
    
    “Recuerdas cuando nos conocimos? Eras muy extraña…” sonrió Aalyat en voz baja.
    
    “No tanto como tú. Siempre estabas jugando con esa talla de madera, pensé que era algún dios,” comentó Daemeeth.
    
    La sonrisa de Aalyat desapareció casi instantáneamente al recordar, aquella extraña talla era en realidad un regalo de Dogannu que tenía oculto de su madre. No obstante, así como su expresión se ensombreció, recuperó el buen ánimo y estrechó su agarre sobre ella.
    
    “No era nada especial. Supongo que todos somos ingenuos en un momento de nuestra vida,” aseguró la Sacerdotisa.
    
    “Te entiendo… y no creas que no sé que quieres de mi…” dijo la acólita.
    
    “Solo quiero decirte que cometí un error al dejaros ir…” Aalyat murmuró y se abrazó a ella aún más.
    
    “Sigues amando al Inicuo?”
    
    Un silencio tenso y embarazoso se apoderó de la muchacha, pero enseguida disipó toda duda externa e interna.
    
    “Ese impío no significa nada. Nunca lo fue,” repuso Aalyat tajante.
    
    “Segura? Creo que lo dices por dos razones: volviste a ser una con la gran Astarté Oscura y… que quieres algo de mi y sabes que deseo escuchar eso,” Daemeeth le dijo la verdad.
    
    Soltando a la mujer bruscamente, ...
«12...91011...25»