1. Con mamá y papá es especial. 1ª parte


    Fecha: 18/08/2019, Categorías: Incesto Autor: fuego de Hefesto, Fuente: TodoRelatos

    ... incursiones, sorprendía a mis padres teniendo escenas de sexo explícito, por lo tanto esas postales de sexo resultaban muy familiares para mí, y elaboraba en esa mente de niña que nada malo estaba sucediendo si mis padres se estaban besando o fornicando.
    
    Nunca percibí al sexo como un acto de naturaleza violenta, aunque existen prácticas sado masoquistas muy extendidas entre adultos que se aburren del sexo tradicional. Lo mejor de la educación sexual que me dieron mis padres, es que nunca me reprendieron por esas apariciones inesperadas, pescándolos “in fraganti”, al contrario, cuando crecí un poco más, ayudó que cuando preguntaba sobre ciertas cuestiones relacionadas al sexo, ellos me hablaban y explicaban con total naturalidad, evitando cualquier trauma.
    
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    Siendo ya adolescente, hubo un hecho que fue quizás el desencadenante o no de lo que iba a suceder conmigo en un futuro no tan lejano. Mi tía Fabiola, hermana gemela de mi madre, Fátima, comenzó a frecuentar muy seguido nuestra casa. Se quedaban los tres de sobremesa hablando de muchas cosas que no me interesaban, riendo y en ocasiones, prodigándose ciertos mimos “cuidados”, se tocaban partes íntimas del cuerpo. Lo curioso era que mi tía amanecía al día siguiente en nuestra mesa desayunando, envuelta en una bata y con el cabello mojado como recién salida del baño. Era muy obvio para mí, que pernoctaba con nosotros en casa, pero si había solo dos habitaciones, la mía y la de mis padres… ¡¿qué podía pensar yo?! Cuando preguntaba, como curiosa que fui siempre, ¿donde dormía la tía Fabiola?, ellos se cruzaban miradas cómplices y me decían… “la tía duerme en nuestra habitación sobre un colchón en el piso”. Yo llegaba a creérmelo, pero admitía sus explicaciones sin más.
    
    Ya siendo mayor de edad, criada y educada lejos de la ingenuidad, una de las siguientes noches que vino la tía decidí espiarlos, sabía interiormente que algo extraño pasaba con ese terceto tan meloso. Fingí ir a dormir, esperé un rato pero ellos no se iban, solo se sentía la tele encendida y unos sonidos extraños. Yo tenía mi habitación en planta alta, me desplace sigilosamente y me asomé al borde de la escalera mirando hacia la planta baja. Guauuu, allí estaba mi padre sentado en medio de las dos hermanas semidesnudas, papá con el pantalón por debajo de las rodillas, y le estaban mamando la verga! La tía Fabiola y mamá parecían dos lobas en celo desesperadas por meterse la verga de mi padre en la boca, besándose entre ellas y con papá. Mientras una le recorría el tallo grueso endurecido, la otra se afanaba comiéndoles los huevos, luego se alternaban y otras se complementaban sobre la tranca de papá.
    
    Mi padre portaba una polla de un tamaño demencial, no me extrañaba que le pudiera dar a las dos lo suyo.Cuando mi madre le chupaba los huevos, mi tía se afanaba en el glande, ambas mamaban sin cesar aquel cetro digno de un dios griego. Tanto placer le daban que finalmente mi padre no tuvo más opción ...
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