La Chica del Chat (2) - Relatos Eróticos

La Chica del Chat (2)

... dejar de comer los pechos de Elena, las manos de Rocío bajaban y llegaban al botón del pantalón de Elena, lo desabrochaban y metía su mano dentro de las bragas de Elena, acariciando su coño que estaba totalmente empapado.

- Como te gusta esto, ¿verdad? - preguntó Rocío - moviendo suavemente la mano por aquel coño.

- Me encanta todo lo que me estás haciendo, Rocío - contestó Elena - sin poder evitar dejar de gemir.

- Te lo dije el otro día, eres una zorra, pero muy zorra.

La contestación de Elena fueron más y más gemidos, mientras Rocío le retiraba del todo los pantalones y comenzaba a besar sus muslos con suavidad y subiendo poco a poco con su lengua, lo que hacía que Elena se volviera cada vez más loca de deseo. Por fin, retiró las bragas de Elena, dejando su coño mojado al descubierto.

- Tu coño es precioso, zorra, me vuelve loca - decía Rocío mientras se quitaba los pantalones cortos quedándose también desnuda - Si quieres que te lo coma tienes que hacer una cosa.

- ¿Qué tengo que hacer, amor? - preguntó una desesperada Elena que estaba ansiosa por sentir la lengua de Rocío en su mojado sexo.

- Tienes que pedírmelo, zorra.

- Quiero que me comas el coño.

- ¿ Qué más?

- Soy tu zorra y quiero que me comas el coño y que me folles.

- Así está muy bien.

Rocío sonrió, beso a Elena y luego abrió sus piernas y metió la cabeza entre ellas. Comenzó a lamer los labios de Elena, que volvió a comenzar a gemir. Rocío lamía los labios vaginales de Elena y metía su lengua dentro, la sacaba y la volvía a meter. A la vez levantaba la cabeza y veía el rostro de placer de Elena y escuchaba sus gemidos, esto la animaba más y mordía el clitoris de Elena sacándolo para afuera, ésta agarraba la cabeza de Rocío y la pegaba contra su coño, no quería que se fuera de allí, lo único que deseaba en aquel momento era sentir aquel placer que le daba Rocío y que no había sentido nunca.

- Sigue, amor - pedía Elena entre suspiros y gemidos - No pares, quiero más.

- Te voy a dar más porque eres mi zorra, no olvides eso.

- Me encanta ser tu zorra, cariño.

Al oír eso Rocío metió 2 dedos dentro del coño de Elena y comenzó a follarla con fuerza.

- Toma, zorra, - le dijo Rocío - Te encanta que te folle porque eres mi zorra.

- Nadie me ha follado nunca como tú lo haces, cariño - gritaba Elena sin parar de gemir - Sigue, sigue, no pares...

Elena se estremecía de placer, se agarraba a la cama, se soltaba, movía la cabeza sin parar, sus gritos cada vez eran más intensos hasta que, finalmente, explotó en la boca de Rocío, que bebía los flujos que soltaba Elena con avidez. Luego se volvió a situar a su lado y comenzó a besarla con ternura. Tras unos cuantos besos, tumbó a Elena en la cama y volvió a abrir sus piernas, esta cruzó las suyas de tal manera que los coños de ambas mujeres se tocaban. Así, Rocío comenzó a empujar su coño contra el de Elena una y otra vez, a la vez que agarraba sus pechos.

- ¿ Te gusta que te folle así, ...